La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Una nueva canción


Lamentablemente en la elección del viernes se confirmaron algunos anticipos.

El primero es que el gobierno no había logrado polarizar la elección ya que la temprana salida del PRO en la elección de CABA y el apresamiento de Cristina Fernández de Kirchner lo había dejado sólo en la cancha, que no es el partido que a Javier Milei le gusta jugar. A Milei le gusta tensar, forzar, no moderar.

También acertamos al sospechar que al oficialismo nacional le interesaba perder en sepiembre para generar un efecto pánico y ganar así en octubre. Claro que a nadie le convenía semejante paliza. Pero para ganar hay que sumar y el ofcialismo no hizo otra cosa que despreciar a los más cercanos y obtuvo a cambio una gran caída en su caudal electoral.

En cambio, el peronismo logró una valiosa unidad y, de esa manera, se mantuvo en torno de sus promedios históricos. Pero, además, dirimió una interna que terminó por favorecer al Gobernador. Axel Kiciloff acertó al desdoblar los comicios, tanto para esta elección como para poder construir un proyecto provincial con mayor entidad. Atrás, literalmente, quedó Sergio Massa, en tercera fila, en el escenario, mientras la ex presidente intentaba competir en los horarios con su antiguo discípulo con sus salidas al balcón.

Al final, el joven TNT logró que lo que la gente identifica como peronismo deje de cantar "una que sepamos todos" (Los Muchachos Peronistas) para cantar nuevas canciones o una que al menos no sepamos. Tal vez quiera imponer la Canción de Quilapayún, que fuera adoptada por la Segunda Internacional y posteriormente se constituyera Himno de la Unión Soviética.

Entre nuestros temores no confirmados, gracias a Dios, estuvo para participación electoral. Sumados la abstención a los votos blanco y nulo, alcanzaron el 43 por ciento (6,3 millones). Eso los coloca en el primer lugar entre los elegidos (aunque sea por omisión, obviamente). Lo siguieron Fuerza Patria con el 26 por ciento (3,8); LLA con el 19 (2,7); Somos, 3 (0,4), y el FIT, 2,4 (0,3).

Tampoco acertamos con la posible reacción presidencial, que emergió con mucha firmeza y logró conducir el proceso. Aunque sin más cambios que rediseñar su mesa política no irá muy lejor.+)

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