Palomas de Iglesia

 

Una nueva canción


Lamentablemente en la elección del viernes se confirmaron algunos anticipos.

El primero es que el gobierno no había logrado polarizar la elección ya que la temprana salida del PRO en la elección de CABA y el apresamiento de Cristina Fernández de Kirchner lo había dejado sólo en la cancha, que no es el partido que a Javier Milei le gusta jugar. A Milei le gusta tensar, forzar, no moderar.

También acertamos al sospechar que al oficialismo nacional le interesaba perder en sepiembre para generar un efecto pánico y ganar así en octubre. Claro que a nadie le convenía semejante paliza. Pero para ganar hay que sumar y el ofcialismo no hizo otra cosa que despreciar a los más cercanos y obtuvo a cambio una gran caída en su caudal electoral.

En cambio, el peronismo logró una valiosa unidad y, de esa manera, se mantuvo en torno de sus promedios históricos. Pero, además, dirimió una interna que terminó por favorecer al Gobernador. Axel Kiciloff acertó al desdoblar los comicios, tanto para esta elección como para poder construir un proyecto provincial con mayor entidad. Atrás, literalmente, quedó Sergio Massa, en tercera fila, en el escenario, mientras la ex presidente intentaba competir en los horarios con su antiguo discípulo con sus salidas al balcón.

Al final, el joven TNT logró que lo que la gente identifica como peronismo deje de cantar "una que sepamos todos" (Los Muchachos Peronistas) para cantar nuevas canciones o una que al menos no sepamos. Tal vez quiera imponer la Canción de Quilapayún, que fuera adoptada por la Segunda Internacional y posteriormente se constituyera Himno de la Unión Soviética.

Entre nuestros temores no confirmados, gracias a Dios, estuvo para participación electoral. Sumados la abstención a los votos blanco y nulo, alcanzaron el 43 por ciento (6,3 millones). Eso los coloca en el primer lugar entre los elegidos (aunque sea por omisión, obviamente). Lo siguieron Fuerza Patria con el 26 por ciento (3,8); LLA con el 19 (2,7); Somos, 3 (0,4), y el FIT, 2,4 (0,3).

Tampoco acertamos con la posible reacción presidencial, que emergió con mucha firmeza y logró conducir el proceso. Aunque sin más cambios que rediseñar su mesa política no irá muy lejor.+)

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