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El grito de batalla presidencial coloreó el año electoral: "hoy se pintó de violenta el bastión amarillo; ahora a pintar del violeta el país".
Pero fue mucho más que eso, ya que la derrota del Pro en el distrito de gobierna desde hace de 20 años era todo lo que el Presidente esperaba de este turno, para el que el oficialismo nacional había anticiado que se conformaba con un segundo puesto.
Ni siquiera una figura tan moderado como Leandro Santoro logró seducir a los partidarios del viejo régimen; la atomización de candidaturas hizo el resto.
El domingo pasado Salta, Jujuy, Chaco y San Luis dieron buenas noticias al Gobierno Nacional, cuando el peronismo quedó desplazado al fondo en esas cuatro elecciones en las que el Pro no había llegado a tener presencia alguna.
Era el paisaje deseado por Javier Milei: gobernadores con poder local y con capacidad de negociación, ya que LLA también logró allí legisladores y alguna posición ejecutiva destacada como en la capital salteña.
Pareciera ahora que una victoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires, ya no sería tan grave para los mercados. Porque podría quedar como un triunfo aislado.
A partir de hoy, lo que estará en juego en las elecciones venideras de 2025 son las figuras que se proyecten al 2027. Quiénes serán los herederos de esta transición.+)
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