La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Sobre llovido


Después de un año exitoso en el que pudo ostentar resultados económicos y políticos -tantos como necesitaba para sustentar su programa de reformas-, el Gobierno entró al año electoral patinando.

Desde el discurso de Davos y su posterior marcha masiva de protesta, el Gobierno no para de recibir golpes; a veces autoinfringidos, como el caso $Libra o la insistencia de candidaturas resistidas para ocupar la máxima magistratura judicial de la Nación. Cuando no fueron fatas de obra, fueron de omisión, como el desaprovechamiento de la apertura del año parlamentario; toda el país esperaba el señalamiento de un norte por parte del Presidente, y fue evidente que lo tenía: el acuerdo con el FMI, pero a partir de esos días se empezaba a postergar.

En el medio se fue mezclando la interna de la derecha. Cuando Mauricio Macri terminó de entender los planes que el mileísmo tenía para con el Pro, se apoyó en las debilidades señaladas para presentarse como una alternativa razonable de un oficialismo que se radicalizaba.

... y sobre llovido vinieron los anuncios del Día de la Liberación Norteamericana, la independencia económica pregonada en la argentina hace casi un siglo por Juan Perón sonaba ahora en los micrófonos de la Casa Blanca republicana. A la incertidumbre que presentaba el cierre de las negociaciones con el Fondo Monetario, particularmente en el capítulo cambiario, se sumó el terremoto económico internacional.

Una a favor: el Gobierno entra en la crisis internacional con salud económica y cuentas bastante saneadas. Una en contra: en este contexto, nadie sabe a ciencia cierta si lo que pueda aprobar el FMI servirá o no para la salida del cepo cambiario en la Argentina, pieza clave para una rápida recuperación económica.

Es claro que Trump hizo esos anuncios para arreglar rebajas arancelarias masivas con Occidente, por lo menos. Pero aún es difícil suponer cómo terminaran esas negociaciones también masivas. Sólo Dios sabe qué puede pasar cuando se abre la caja de Pandona.+)

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