La consolidación de Milei

El gobierno de Javier Milei se encamina a terminar su segundo año de gestión con una consolidación política inimaginable al momento de su asunción. El presidente argentino, que surgió de la nada política debido a su presencia mediática, ha mostrado un pragmatismo político impensable en quien siempre se mostró como un libertario intransigente. Recordemos que siempre se dijo que su campaña fue en parte solventada por el que fuera presidente de la Cámara de Diputados; luego ministro de Economía y finalmente candidato por el peronismo, Sergio Massa, para dividir el voto de la derecha. Pero que, ante el balotaje, usó el apoyo del expresidente Mauricio Macri y de la candidata presidencial del Pro, Patricia Bullrich, para vencer al propio Massa. En los primeros meses de gestión se deshizo de sus colaboradores más destacados en la campaña y los reemplazó por funcionarios de la alianza macrista aunque no como parte de una negociación sino como una cooptación.  Hace un mes ganó las eleccione...

Trifecta

El único obstáculo que parece interponerse entre Macri y el bastón de mando parece ser el debate, que difícilmente lleve la diferencia actual, de siete a diez puntos en favor de Mauricio Macri, hacia un virtual empate.

Más previsible: Gana Cambiemos. Se lleva la Triple Corona: Nación, Buenos Aires, Capital. Tiene un triple desafío: administrativo, económico y político. Administrativamente, se verán obligados a convocar a mucha gente nueva; eso forzará una mayor apertura y enriquecerá políticamente al nuevo Gobierno. El Pro crece ante la adversidad y produce nuevos liderazgos: probablemente Horacio R. Larreta y María Eugenia Vidal, en lo territorial; surgirán nuevos elementos en lo ministerial (Ernesto Sanz, Rogelio Frigerio), y se valorarán mucho los operadores políticos: tanto el Congreso como la Legislatura Bonarense serán campos de batalla parlamentaria y requerirán del arte negociador de propios, prestados (radicales y lilitos) y ajenos (massistas, peronistas disidentes y actualmente oficialistas). Serán muy importantes, por ejemplo, el rol de Emilio Monzo, Graciela Caamaño y Patricia Bullrich. Se esperan dificultades iniciales hasta tanto se aceite la maquinaria. Económicamente hablando, se aplicará un ajuste que permitirá ir desactivando la situación. Se renuevan muchas de las principales posiciones de poder: en la Justicia, en las FF. AA. y de seguridad, en la iglesia y en los sindicatos, que probablemente se radicalicen y desconozcan a los mandos convencionales. 


Menos probable: Gana el FPV. La debacle ya se produjo dentro del oficialismo. La derrota de Aníbal Fernández deja huérfano a La Campora y al kirchnerismo de paladar negro. El cristinismo debe ir al pie de Scioli para retener posiciones de poder. El los necesita para gobernar, por lo que los mantiene pero los domestica. Económicamente haría un mayor gradualismo, pero tiene espalda política y capacidad de acuerdos para subsistir a una crisis. El poder se consolida, particularmente el conservador que responde a los mandos naturales.

El peronismo tarda al menos dos años en organizarse sobre la base de un criterio territorial. Se destacan el gobernador Juan Manuel Urtubey, los senadores Miguel Pichetto y Omar Perotti, y los intendentes Martín Insaurralde, Mariano Cascallares y Jorge Ferraresi. Les llevará tiempo reacomodarse a Sergio Massa, Florencio Randazzo, Jorge Capitanich y Julián Domínguez. Depende de ellos hacerlo. La figura de Cristina Fernandez ocupará inicialmente un lugar, pero se podría ir diluyendo con el tiempo; depende de la gestión macrista.


Eventual: Empatan. La elección se judicializa. Asume Gerardo Zamora un interinato a partir del 10 de diciembre. Sería más probable que termine ganando el FPV. La crisis política se proyecta en el tiempo y se impone el desgobierno.

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