La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

El mejor hijo

Uno de los ministros del gobierno bonaerense tiene la teoría de que el gobernador, Daniel Scioli, siempre hizo de hijo aplicado. Hizo todos los deberes que le pidieron Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Pero el problema es que ahora se quedó huérfano o, peor aún, descubrió que el padre es su principal escollo. Y no sabe cómo proceder.
La situación de Scioli es un agravante de la difícil situación política que vive la Argentina. Porque se podía suponer que los Kirchner estaban esperando el auxilio de los gobernadores. Pero el torpe proceder del presidente en ejercicio del PJ no ayudó nada. Demostró una torpeza política importante.
Tampoco colabora el estilo presidencial. La renuncia de Ricardo Jaime, a una semana de comparecer en un tribunal que puede dictar su procesamiento, resulta una obviedad. En tiempos de fortaleza política, aplicar medidas en grajeas podía favorecer su comunicación: todos los días un gesto, un hecho, daban para llenar centimetraje periodístico y segundaje radiofónico y televisivo.
Pero en estos tiempos de carestía gubernamental, no alcanza con hablar de cosas que no sean reconocer la derrota. En este contexto, una sola renuncia -por otra parte, tan elemental- es poca cosa. Es más, si no da un volantazo el poder se le escurrirá en medidas puntuales aún cuando éstas vayan en la buena dirección; todo resultará insuficiente.
Clarín no dejó de remarcar la ratificación de Guillermo Moreno y algunos otros señalaron a Ricardo Etchegaray como un objeto de deseo (de venganza). Aníbal Fernández se apuró a anunciar su ratificación. Con el paso de los días no va a haber forma de dar una señal clara.
La Presidente intentó ganar tiempo en Honduras. Pero no pudo viajar. Para colmo, la gripe A se ha vuelto una epidemia política.
Mientras tanto, los gobernadores empezaron a caminar las pasarelas. Por el lado del postoficialismo, se los vio al patagónico Mario Das Neves y al sanjuanino Gioja. Los micrófonos buscan a Carlos Reutemann, pero éste no transmite grandes definiciones. Sin embargo, dos dirigentes peronistas han vuelto a recuperar brillo y estado atlético: Ramón Puerta y Juan Carlos Romero, quje en los últimos días recorrieron todos los despachos y mentideros posibles.
Parece apresurado decirlo. Pero si nadie le encuentra la boca al mate habrá que pensar más seriamente en Marzo 2010.+)

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