La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Hormigueo

A pesar de que ha habido mucho ruido en la pólítica, poco es lo que efectivamente ha cambiado en los últimos días.
El Panradicalismo discute su unidad a costa de la incorporación de independientes. Lo que suma con Ricardo Alfonsín en el segundo puesto de la lista de candidatos a diputados nacionales lo pierde con la salida, entre otros, de Mario Llambías. El campo se alineará, en la provincia de Buenos Aires, con Unión PRO.
Se erige Julio Cobos como el nuevo referente radical. A costa de Elisa Carrio, de Margarita Stolbizer. Pero Cobos no es ni será candidato; ellas, si. El Vicepresidente de la Nación puede ser el próximo presidenciable o quien se haga cargo de una cada vez más pervisible crisis institucional. Pero el resultado electoral de 2009 no está en sus manos, ni en las de la UCR, sino en las de la Coalición Cívica. ¿Será la última elección de esa alianza?
El kirchnerismo sigue atónito. Se ha paralizado tratando de sacar rédito en la división de la oposición. Sin embargo, su apoyo electoral sigue firme en torno del 25 por ciento de los votos; la Coalición no sale del diez y Francisco de Narvaez aparece pisándole los talones y con muchas chances de seguir creciendo.
El peronismo, que observa el proceso, empieza a negociar condiciones de rendición. Los caudillos que no se habían pasado de bando negocian con Unión PRO listas de candidatos pseudo opositores para no perder las mayorías en los poderes legislativos, que podrían comprometer su gobernabilidad.
La marcha es silenciosa e imperceptible, como el paso de la caravana de hormigas que devoran las plantas en cuestión de días.+

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