La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Tapado y Retador


De esa forma se denomina, en la jerga burrera, al caballo por el que nadie paga un peso pero que sorprende en la recta final. Nos referimos a Francisco “el Colorado” de Narváez, un dirigente que venía muy de atrás, sin una buena calificación por parte de los conocedores, de los mentideros ni de sus compañeros de actividad política, pero que ha logrado sorprender.
Los candidatos que suenan temprano tienen el problema de las expectativas excesivas. De Narváez trabaja hace muchísimo en este proyecto, pero nadie o muy pocos confiaban en su éxito. Otra es la situación de Mauricio Macri, a quien la gestión le está pesando mucho para posicionarse de cara al 2011.
Los pasos en falso dados por de Narváez con Carlos Menem en 2003 y con Roberto Lavagna en 2007, y sus desentendimientos con el favorito del espacio, Mauricio Macri, conspiraban contra su pretensión de éxito electoral.
Sin embargo, el Colorado es un empresario al estilo americano: un tipo de manual. Leyó y ejecutó. Le salió mal las primeras veces; se le veía la pata a la sota; se lo adivinaba y sonaba a falsete, o se lo veía venir. Hasta que encontró un buen manual y, con tanto ensayo previo, la maniobra le salió bien.
Con humildad, mucho trabajo y seriedad, aceptó el lugar que le tocó jugar en 2007 y se preparó para que el 2009 lo deje en puertas de un objetivo asequible: la gobernación bonaerense.
El viernes último fue nominado como primer candidato a diputado nacional por una alianza que reúne al PRO, a su Unión y al peronismo disidente. El contrincante virtual, Néstor Carlos Kirchner. Hay encuestas que los dan en una suerte de empate técnico y muy por encima de Margarita Stolbizer; otras que lo dan liderando las compulsas.
Si Kirchner no presenta batalla, todos van a pensar que se borró y su poder se esfumará de un momento para otro; knock out técnico. Si se presenta y pierde, la debilidad va a ser mayor; knock out en los primeros rounds (ya que adelantó la elecciones con la intención de ganarlas). La derrota es ahora, para colmo, un escenario posible. Esto le asigna a de Narváez un título impagable que, en el box, es el de retador.
Los resultados electorales dependen, en gran medida, de la forma en que se los lea. Con los medios cada vez más enfrentados, en virtud de la política oficial de relaciones con la prensa, el oficialismo tiene todos las chances para que la lectura reconozca la importancia del principal distrito del país, de una combinación de derrotas o éxitos, de la pérdida de bancas o de la aparición de nuevas figuras estelares, como el Colorado o Gabriela Michetti; o, en última instancia, el fraude.De a poco, el peronismo ha encontrado en Unión PRO un nuevo polo de poder y el paulatino abandono de las filas oficialistas vaciarán de poder a la estructura gubernamental.+)

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