En LLA se evidencian dos corrientes políticas: la que recomienda actuar sobre el Ejecutivo apoyado en el poder de los gobernadores, beneficiarios de la pérdida de facultades nacionales, por un lado, y los que promueven la creación de tropa propia y crecer en poder propio, por el otro.
La primera alternativa, encarnada en el asesorísimo Santiago Caputo, parte del pragmatismo de saber que sin apoyo político no hay transformación posible; la segunda, encabezada por Karina Milei, supone que la tropa que creará en tan poco tiempo se constituirá en poder.
El antecedente electoral de LLA de 2023 demuestra que los elegidos no fueron fieles a su mandato; mientras que el de 2021 fue por el carril opuesto ya que fue Milei quien menospreció a su compañera de entonces, la actual Vicepresidente.
La disyuntiva cuenta con un condicionamiento: el desafecto que el Presidente tiene por la política, que lo lleva a procastinar decisiones tan críticas como ésta.
En breve sabremos cómo labrará LLA la segunda parte de su mandato.+)
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