Retrospectiva del 2025

En enero, asume Donald Trump en los Estados Unidos y se perciben algunas notas claras en su política exterior: un pragmatismo económico que se reflejó en el Día de la Liberación, con aumentos arancelarios que después renegoció durante el resto del año, y un pragmatismo político que lo llevó a acordar con su par chino y, tácitamente, con el ruso, una división del mundo; él, por su parte, mantuvo dos pautas valorativas: la búsqueda de una pacificación internacional encubierta en su estilo pendenciero y una cuestión ideológica que lo alejó de Europa; en ese sentido, Davos fue un hito. En lo que respecta a la región, se mostró partidario de reforzar el bloque continental. La región, por su parte, se fue tiñiendo. Si bien este año asumió el uruguayo Yamandú Orsi, el triunfo de Rodrigo Paz en Bolivia y la asunción de peruano Jose Jerí, se vinieron a sumar a los presidentes argentino, paraguayo, ecuatoriano y salvadoreño, y lo que parecía un continente volcado a la progresía, se ha derechizad...

Un años


No, no es un error de tipeo: faltando poco más de un año para que termine el gobierno de Alberto y Cristina Fernández, debido a las dificultades que tendrán que enfrentar, el 10 de diciembre de 2023 parece una fecha aún muy lejana.

El empoderado Ministro de Economía, Sergio Massa, parece un cirujano en cuyo quirófano instrumentistas, enfermeros, anestesiólogos y técnicos quirúrgicos, discuten a viva voz y hasta violentamente qué instrumentos le suministrarán en función de la intervención que ellos realizarían. El cirujano intenta mantener la calma y realizar la operación que quiere ejecutar, pero necesita convencerlos para que colaboren; si no lo consigue, consensúa e improvisa cambios. Consulta si están todos los elementos para realizar esas modificaciones pero, mientras los demás discuten, avanza igual porque sabe que la anestesia no dura un siglo y que hay que controlar las delicadísimas variables vitales del paciente.

Volvamos a los hechos reales. El Presidente, ajeno a la inestabilidad de la situación política, económica y social, accedió al ingreso de Massa a su gabinete, con un Ministerio de Economía reconstituído, pero se reserva el control del Banco Central.

La Vicepresidente es su principal oponente, con críticas que resultan demoledoras. Parece más preocupada por conservar su reputación que por salvar el Gobierno, cuya suerte no está decidida. Sus presentaciones públicas han perdido impacto. El circulo rojo comprende que Cristina tiene una importante cuota de poder, pero que la famosa lapicera está disputada entre el Presidente, ella y el Ministro de Economía. Y no hay nada más peligroso que una conducción compartida, especialmente cuando la situación es crítica y los conductores tienen diferencias sustanciales entre ellos.

El cuadro económico es delicado. El colchón producido por el dólar soja dió un respiro a las reservas, pero ya se extinguió. ¿Habrá otro dólar soja? ¿Cuánto aire les dará? ¿y una vez acabado ese soplo, qué? Para colmo, la sequía reducirá sensiblemente el futuro ingreso de divisas. Harán falta tomar decisiones que la Vicepresidente y aparentemente también el Ministro anticipan que no desean. ¿Devaluarán? ¿Renunciarán? ¿y si llegaran a renunciar, qué?

La idea de que el Mundial y luego las vacaciones adormilarían a la población tendría sentido si no coincidiera con una fuerte recesión que se empieza a hacer sentir, como el calor estival. Para colmo, el verano, de cabotaje para la inmensa mayoría de la población, se disputará a billete limpio las mejores plazas nacionales. Hay un futuro inmediato de malestar social, con ingresos que empiezan a ser insuficientes y pueblan los comedores los últimos días del mes.

Las encuestas reflejan escasa expectativas en torno de las elecciones. No les preocupa las PASO. Los elementos más formados temen por las opciones disruptivas, pero existe un 20 por ciento de la población que ya migró a Netflix, de acuerdo con la categoría con la que Isonomía identifica a aquellos que ya no creen que haya un cambio posible. La esperanza no estriba más en la alternancia entre las fuerzas mayoritarias; hay un importante porcentaje de la población que compra el sambenito de "la casta" que impuso el discurso de Javier Milei.

Si el escenario económico es el expuesto más arriba, ¿cómo se supone que debería evolucionar el escenario electoral? Las figuras con mayor intención de voto, los halcones, hoy parecen ser indigeribles para sus palomas aliadas. En tal caso, parecería repetirse la atomización de candidaturas del 2003, en las que triunfó Carlos Menem y en las que Ricardo López Murphy llegó a liderar las encuestas a escasas dos semanas de las elecciones. Es imposible vislumbrar con nitidez el futuro que se esconde más allá de la bruma producida por el calor.

Con el pronóstico reservado, habrá que pasar el verano.+)


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