La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

La Argentina de Tato Bores



    La descomposición del Estado Nacional es un fenómeno visible y tangible para cualquier ciudadano en la Argentina y en el mundo.

    Pero a nosotros nos interesa nuestro país. Sus notas constitutivas están todas desvirtuadas. Una de las más visibles es el monopolio legítimo de la fuerza. La marcha piquetera impuso, con orden y disciplina, su rigor sobre la cada vez más pequeña masa de trabajadores. Los policías, como suele pasar en estos casos, custodiaron a los manifestantes para que puedan impedir el normal desplazamiento de los habitantes y eventualmente ser agredidos por quienes quisieran hacer justicia por mano propia ante la ausencia de sanciones.

    Hablando de justicia, los magistrados se ocuparon de ilustrar con otro caso esta situación cuando la Corte Suprema de Justicia se apersonó en una juntada nacional de jueces federales para señalar a otros por la justicia que ellos no imparten contra los narcotraficantes.

    “Hace falta decisión política”, dijo Ricardo Lorenzetti, el mismo día que la jueza que había detenido a los camioneros por extorsión tuvo que pedir licencia cuando el cristinista Leopoldo Moreau le pidió el legajo para verificar si no se había excedido en sus funciones. Algo parecido le tocó explicar a la fiscal Goyeneche, cuya acusación contra el exgobernador Sergio Uribarri casi le cuesta más a ella que a él.

    Otro elemento constitutivo del Estado es la moneda, que solamente en abril su valor se vio afectado por una inflación del seis por ciento. Al mismo tiempo, oficializaba el aumento de tarifas y el Presidente hacía esfuerzos ingentes para que sus funcionarios ejecuten sus órdenes. Es que los miembros de la alianza gobernante juegan al Gran Bonete. La Vicepresidente a cargo del ejercicio de la Presidencia habla de lo que habría que hacerse como si no hubiese sido responsable de la coyuntura y el presidente de la Cámara de Diputados exhibe a sus economistas para probarse el traje de Juan Carlos Pugliese.

    La soberanía territorial estuvo en dudas ayer en la ciudad que gobierna la oposición. Pero también en los dominios mapuches, en donde el Estado protege a quienes niegan su existencia y desprotegen a los que pretenden construirlo.

En el día del Himno Nacional trascendió un extraño homenaje en la Cancillería, en cuyo frente se colgaron banderas de colectivos sociales flanqueando a la Argentina. Parecería que homenajear a los símbolos patrios ya no es tan importante. Recordemos que la cultura es una de las patas fundamentales de una nación.

    Podríamos seguir pero, ¿qué sentido tiene? Todos los días leemos en los diarios noticias sobre un país que ya es parte de la historia y que aún no sugiere lo que será en el futuro.

La frase



"Nosotros no aprobamos que (el corte de calles) sea total, porque eso dificulta a otros trabajadores"
De Emilio Pérsico sobre las marchas callejeras de trabajadores desocupados.

El personaje


    La jueza María Eugenia Maiztegui vino a despabilarnos cuando logró el encarcelamiento de los camioneros que utilizan métodos extorsivos desde la crisis de 2001 para conseguir mejoras para sus asociados aún cuando comprometan la existencia de los dadores de carga. Sea poca capacidad o por falta de coraje, pocos habían conseguido lo que ella logró. Hasta que un oligarca mayor que el propio Hugo Moyano, el diputado cristinista Leopoldo Moreau, logró atemorizarla al punto de tener que pedir licencia.

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