La Iglesia latinoamericana mostró desde los 70's un comportamiento cambiante e impredecible.
La Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) cumple hoy 64 años. Fue fundada el 25 de julio de 1955. Hace 40 años, tuvo que corregir por expreso pedido del Sumo Pontífice, San Juan Pablo II, las conclusiones alcanzadas en Medellín (Colombia), debido a su sesgo tercermundista, con una nueva reunión realizada en 1979 en la ciudad de Puebla de los Angeles, México.
El Papa polaco, junto con Ronald Reagan y Margareth Thatcher, se constituía así en uno de los adalides occidentales contra el bloque soviético.
Pocos meses después, el 19 de julio de ese mismo año, las tropas guerrilleras ingresaron en Managua y consagraron la Revolución Sandinista, que subsiste hasta estos días y forma en la actualidad, junto a Cuba y a Venezuela, un eje socialista en el continente. Aquella guerra civil que culminó en el derrocamiento de Anastasio Somoza costó 40.000 vidas. Las nuevas autoridades nacionalizaron todos los bancos y decidieron ignorar las deudasI ay la Argentina por el envío de armamento.
Nicaragua soportó la derrota de la Guerra Fría por parte de la Unión Soviética en los 80, quedó aislada durante los 90 y recobró vigor en los 2000 con el proyecto bolivariano. Hoy es conocida por mantener el poder por medio de la violencia; atacando concretamente a la oposición civil protagonizada por la propia Iglesia Católica local, como sucede en Venezuela y ocurrió también en Cuba hasta las reformas que la comenzaron lentamente a rehabilitar desde la visita del propio Karol Wojtila entre el 21 al 25 de enero de 1998. (Nota de la R.: Cumplió entonces un papel relevante el cardenal primado de Cuba, Jaime Ortega, que fue el artífice también de las visitas de Benedicto XVI en 2012 y de Francisco, en 2015; falleció el 27.07.2019).
Si bien el clero latinoamericano sigue teniendo una "opción preferencial por los pobres", sus obispos se ahora encaminan a ir más allá de las cuestiones estrictamente económicas y preparan, encabezados por el Papa Francisco, un Sínodo Amazónico, que viene a profundizar los contenidos de la encíclica Laudato Si y que traerá tantas novedades ambientales y sociales, como delicadísimos debates eclesiales.
Como se puede observar en su zigzagueante derrotero, y a pesar de sus 64 años y desde la perspectiva histórica, se puede decir que la conferencia latinoamericana de obispos católicos es una organización aún adolescente.+)
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