La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Nueva derecha

Siguiendo la cuestión ideológica iniciada ayer, The Financial Times publicó una nota en la que mencionaba algunos rasgos identitarios del programa político de Donald Trump, como paradigma común a los del resto de los candidatos de la derecha en el resto del mundo (más bien se refiere a Europa): antiglobalización, nacionalismo económico, xenofobia religiosa o cultural, animadversión para con el establishment político y al periodismo, principalmente. Por mi parte diría que la incorrección política es un mandato para estos referentes.
Desde este punto de vista, Mauricio Macri tampoco cuadra perfectamente en esta foto. Es globalizador; nacionalista, pero no a costa de la integración en el mundo; se diferencia pero no es un anti nada, y mucho menos es un enemigo de la prensa. Tampoco es políticamente incorrecto.
Insisto en que Macri no es un referente de la derecha; al contrario, es más progresista que otra cosa.+)

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