Los argentinos ratificaron el rumbo en las urnas

La Argentina ratificó en las elecciones de medio término de ayer el rumbo elegido en 2023.  Esta mañana, en una entrevista periodística, el Presidente manifestó haberse sorprendido con el resultado y confesó que esperaba perder en la provincia de Buenos Aires. Un 41 por ciento votó al oficialismo y superó por nueve puntos a la suma de las alianzas peronistas, que obtuvo el 32; la incipiente oposición alternativa de Provincias Unidas -Córdoba, Santa fe, Chubut, Santa Cruz, Jujuy y Corrientes- quedó muy relegada, con un 7 por ciento.  La Libertad Avanza ganó en quince distritos, incluyendo a las provincias agrícolas de Córdoba, Santa fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Los mercados reaccionaron inmediatamente con una caída abrupta del dólar -que tal vez obligue al Gobierno a intervenir para sostener su cotización, que necesita para la exportación y las inversiones, y que sirva para reforzar sus reservas-, suba de títulos y de acciones y se espera un fuerte descenso del riesgo país. C...

Tensiones y distensiones

Los analistas se desvelan por entender qué fue lo que hizo retroceder a la Presidenta al conceder asistencia financiera a la provincia de Buenos Aires, cuando lo único que había estado haciendo era castigar a Daniel Scioli en público y en privado.
Uno puede suponer que:
a) Más probablemente, haya percibido que este enfrentamiento -en plena situación de enfriamiento económico- le estaba dejando un pésimo rédito político y público;
b) Menos probablemente, que se haya percatado de que la crisis social, como consecuencia de la falta de fondos, avance desde el Conurbano a la Plaza de Mayo.
También uno podría pensar que la solidaridad expresada por el gobernador mediterráneo José Manuel de la Sota haya encendido una señal de alarma en la Rosada. Nadie habla de recrear una Liga de Gobernadores, como en tiempos de las presidencias de Carlos Menem y Eduardo Duhalde, pero sí se empieza a especular respecto de reuniones y concilios entre estos caudillejos que día tras día temen ser el próximo en la lista negra.
No parece ser ésta la razón, ya que su construcción política se ha verticalizado al punto del desequilibrio y el proceso de toma de decisiones está cada vez más cerrado.
Mientras tanto, en el equipo económico recalientan cerebros tratando de pensar en cómo contener las variables sin apagar el ritmo económico. Las culpas de la actual situación se emiten al portador.+

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