Parece mentira, pero nos olvidamos de todo. No fue el siglo pasado. En 2005 se acusó al ex jefe de gobierno porteño Enrique Olivera de tener cuentas en el exterior. La herida lo afectó en sus resultados electorales. Para esas legislativas, el galante sucesor de Fernando de la Rúa tenía mucho por ganar y arriesgaba poco. ¿Qué riesgo podía tener una persona tan honorable, acusado de nada a pesar de haber reemplazado al que fuera designado Presidente de la Nación?
Sin embargo, el barro lo descalificó en el hipócrita concurso de belleza que es la política moderna.
Hoy le toca a Mauricio Macri. No está tan claro que la acusación sea tan infundada como en el caso de quien fuera el candidato de Elisa Carrio para la Capital. Pero, seamos honestos, ¿no tendría el kirchnerismo más para explicar al respecto que el actual jefe de Gobierno?
Ahora se verá la solidez del armado político del PRO. El pronóstico es reservado. La "nueva política" no reconoce compromisos. Tiene las manos libres. No se casa con nadie. Pero no tiene hijos, ni hermanos; no tiene familia Tiene algunos amigos, que parecen ser interesados en el presente.
Eso no quita lo llamativo de una acusación sobre escuchas telefónicas que afecta solamente a Macri. No es justificación, pero es indignante.+)
Comentarios