La transformación

Tal vez los argentinos votamos mayormente otra cosa, o tal vez dimos un cheque en blanco para que el Gobierno continúe gestionando el nuevo rumbo. Lo que seguro que es cierto es que nadie esperaba, después del discurso del Presidente en la noche del triunfo ni de sus posteriores entrevistas, un cambio de gabinete como el que produjo. Hasta Guillermo Francos se sintió empoderado el domingo 26 de octubre a la tardecita con el protagonismo que tuvo. Tanto que supuso su ratificación en el cambio, y eso le dijo a los periodistas que lo entrevistaron... que no era ninguno de los habituales prolibertarios. El fin de semana anterior al que pasó el Presidente cambió al dialoguista Francos por su vocero, Manuel Adorni, y consolidó a la guardia karinista en el Gobierno. Nadie puede dudar que Diego Santilli será un Ministro de Interior negociador y acuerdista, pero todos esperábamos a Santiago Caputo en un megaministerio que incluia el diálogo con los gobernadores y que nunca llegó. De cualquier m...

Bicentenario


La espuma del Bicentenario mareó a más de uno.
Tal vez lo más interesante fue descubrir el sentimiento patrio entre los nuestros. No hacía mucho que los argentinos veían en Ezeiza la única salida para este país.
Pero los argentinos acudieron masivamente a festejar el cumpleaños de la Patria.
Coincidió con una mejora de la economía, de un mejoramiento de la imagen presidencial y de una propuesta opositora que se desdibujaba, con uno de sus líderes procesados por la Justicia.
El Gobierno puso toda la carne en el asador para facturar el Mundial. "Si ganamos...", se ilusionan. Es cierto que una copa de esas puede legrarle la vida a la gente. Pero no hace milagros. Los índices siguen cercanos al 25 por ciento y, con esto, no se llega quizás ni siquiera al ballotage.
El triunfo de Ricardo Alfonsín en la interna radical bonaerense le dio aire a la oposición progresista y liberal. Tanto que Pino Solanas quedó en una situación muy incómoda. La UCR y el Socialismo, más el GEN y la Coalición Cívica, podrían ganar en primera rueda.
El peronismo disidente tendrá que ordenarse para pelear por el segundo lugar con el kirchnerismo.
Pero no vale la pena anticiparse tanto: falta más de un año. Tiempo suficiente como para que aparezca un remezón que licúe el poder gubernamental y, consecuentemente, acelerar los acontecimientos.+

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