Los argentinos ratificaron el rumbo en las urnas

La Argentina ratificó en las elecciones de medio término de ayer el rumbo elegido en 2023.  Esta mañana, en una entrevista periodística, el Presidente manifestó haberse sorprendido con el resultado y confesó que esperaba perder en la provincia de Buenos Aires. Un 41 por ciento votó al oficialismo y superó por nueve puntos a la suma de las alianzas peronistas, que obtuvo el 32; la incipiente oposición alternativa de Provincias Unidas -Córdoba, Santa fe, Chubut, Santa Cruz, Jujuy y Corrientes- quedó muy relegada, con un 7 por ciento.  La Libertad Avanza ganó en quince distritos, incluyendo a las provincias agrícolas de Córdoba, Santa fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Los mercados reaccionaron inmediatamente con una caída abrupta del dólar -que tal vez obligue al Gobierno a intervenir para sostener su cotización, que necesita para la exportación y las inversiones, y que sirva para reforzar sus reservas-, suba de títulos y de acciones y se espera un fuerte descenso del riesgo país. C...

Interna Peronista

A casi un mes de los comicios no hay elementos que permitan sospechar que pueda haber un cambio de tendencia respecto de las próximas elecciones. Ni pareciera haber consensos en oficialismo ni en la oposición para que éso suceda. Es como si todos estuviesen conformes con lo que estaría por suceder.
Se espera una considerable derrota parlamentaria del kirchnerismo, a nivel nacional, y una victoria ajustada o una suerte de empate en la provincia de Buenos Aires. Consecuentemente, el oficialismo perdería la mayoría en la Cámara de Diputados. Pero en el Senado, seguirá gobernando el justicialismo.
En rigor, la mayoría parlamentaria ya no es kirchnerista sino peronista, y podría continuar siéndolo. Son pocos los que aún usan la fórmula de Frente para la Victoria en esta compulsa electoral; hay peronistas en el oficialismo y en la oposición. Como dice Sergio Berensztein, los ciclos políticos argentinos duran aproximadamente seis años, y el de Néstor Kirchner ya venció. El partido fundado por Juan Perón se prepara para una nueva etapa. En los próximos dos años se verá si es capaz de gobernar sin un liderazgo fuerte.
En diversos rincones del poder se empieza a analizar el escenario de un Ejecutivo débil apoyado en un gobierno parlamentario. Lo que se empieza verse es que, en el fondo, el 28 de junio se dirimirá una interna justicialista.
Hay un sector que se mantendrá al lado de Néstor Kirchner hasta esa fecha y, si los resultados son los esperados, le reprochará en cara la derrota y procurará reencauzar el proceso de modo tal de tener chances de éxito en 2011. Ahí se alinean los gobernadores del norte y los patagónicos, capitaneados por algunos candidatos a vicepresidente como José Luis Gioja y Mario Das Neves.
Hay otro sector, clave para la gobernabilidad, que es el eje central. Liderado por Juan Carlos Schiaretti, de Córdoba, y apoyado por el entrerriano Jorge Busti, enarbolan la candidatura del santafecino Carlos Reutemann a la Presidencia de la Nación para el próximo período. Este grupo ve con muy buenos ojos la aparición de Francisco de Narvaez. Alguien tiene que disputarle el poder a los bonaerenses que, liderados por Kirchner, se proyectan naturalmente en Daniel Scioli para el próximo presidencial. El mismo colorado, en un gesto de infidelidad a su socio político Mauricio Macri, manifestó interés en la candidatura del Lole.
"El 29-J se volverá a juntar el PJ para encarar la transición y sostener la gobernabilidad, amenazada por la defección de los K", se escucha con cada vez más intensidad.
Pero hay elementos que siembran más dudas que certezas. Uno es la economía. Si empezara a acomodarse, nadie cree que Kirchner largue el juguete y se intuye que volverá rápidamente a las trapizondas; el otro es la propia personalidad del propio ex presidente. Nadie lo imagina trabajando para el proyecto Reutemann, ni para el de Scioli. Como Carlos Menem, uno lo supone facilitando el acceso de la oposición al poder antes que intentando proyectarse en otro compañero.
El peronismo tendrá en el Congreso su trinchera. Habrá que ver cuál será la barricada que elijan los Kirchner para resistir.+)

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