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Karl Marx diría que un fantasma recorre la Argentina: el de Javier Milei, que es el del 2003.
Sucedida la crisis del 2001, sobrevino el "que se vayan todos", que se tradujo en una crisis de representación. En 2003 el electorado se atomizó y se dividió en cuatro cuartos en las candidaturas de Néstor Kirchner, Adolfo Rodríguez Saá, Ricardo López Murphy y Carlos Menem.
Recordemos una semana antes de las elecciones, el candidato del liberalismo lideraba las encuestas, pero el ganador final fue Carlos Menem, cuya figura despertaba tal rechazo popular que renunció al balotaje que debía dar con el gobernador santacruceño para evitar ser derrotado.
En un escenario que tiene mucho que ver con aquel, especialmente por el modo en que la dirigencia se ha replegado sobre sí misma -además de la crisis económica-, es atendible analizar este escenario como posible.
Los "libertarios" miden hoy un 20 por ciento en las encuestas que relevan en las grandes urbes. No es muy distinto a lo que ostentó aquella vez el ministro que fue eyectado del gobierno de Fernando de la Rúa por exigir un ajuste a la UBA en 2003.
Ahora, los jóvenes adhieren a Milei sin beneficio de inventario. Las clases más bajas lo prefieren a la izquierda, cuyo crecimiento es sensiblemente menor. La sarasa se agotó y ya no surte efecto en el electorado. La gente quiere cirugía mayor porque se aferra a la vida.
Mientras el gobierno se deshace en una interna feroz, la alianza opositora no termina de conquistar al electorado. Ambos pierden electores por izquierda y por derecha, pero mucho más por el lado libertario. Actualmente se ven dos grandes fuerzas, Todos y Juntos, pero Milei ocupa cómodamente el tercer lugar.
En una crisis no tan pronunciada aún como la del 2001, el electorado está dividido en tres. Si Todos se dividen, puede que también Juntos deje de estarlo. Una alianza con los halcones del Pro es el sueño libertario.
En las trincheras libertarias afirman que los fuegos de artificios del loco de Milei son sólo títulos y que es intelectualmente muy sólido, profesionalmente capaz y que está rodeado de gente sobresaliente.
Lo cierto es que los argentinos se volvieron a cansar y que aspiran a seguir su destino latinoamericano en donde los sistemas políticos se atomizan, los triunfadores son antisistema y la popularidad les dura poco. Veremos cómo se pueda evitar ese proceso. +)
"(Los movimientos sociales) son un cáncer para la sociedad"
Hebe de Bonafini, representante intransigente de las Madres de Plaza de Mayo
La sociedad se cansó de cargar con los que viven de arriba. Se cansó de la política, "del verso de la democracia", y por eso los jóvenes se vuelcan masivamente por ese que se hace llamar El Rey, al ritmo de La Renga. La democracia representativa pierde terreno en todo el planeta como consecuencia de la transformación social que produjeron las telecomunicaciones y empiezan a aparecer opciones de democracia directa o gobierno abierto con formatos aún inmaduros, en pleno desarrollo. Las versiones sobre el personaje que encarna Javier Milei son confusas, pero lo que es claro es que la gente se cansó de la política republicana y reclama por soluciones.
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