Feo lo que dijo


"Esto se va a poner feo", dijo el Secretario de Comercio Roberto Feletti, quien sugirió aumentar las retenciones y poner límites a las importaciones. 

Con funcionarios así, que consideran inevitable el aumento inflacionario y que para combatirla proponen recetas gastadas de incumplimiento garantido pero que alteran los ánimos de los únicos que a esta altura pueden tener una receta de recuperación económica -los inversores-, no hace falta oposición.
Algo de razón tiene. Si esto sigue así, el único que va a tener trabajo es este panorama, que debe seleccionar qué frase destacar y cuáles de las otras miles, desechar.

"Repetir la inflación de 2021 sería un éxito absoluto", dijo Emanuel Álvarez Agis, uno de los candidatos a suceder a Martín Guzmán en caso de que el presidente decidiera prescindir de él.
"Si se levanta el Gran Buenos Aires no va a quedar nada en pie" fue la frase de una especie de zombie, Raúl Castells. Casi nadie lo recordaba ya después de que, en la crisis del 2001, se hizo de numerosos predios para su Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD). Su sólo nombre recuerda aquel espeluznante grito de guerra: "los muros son bajos", en referencia a los cercos perimetrales de los barrios cerrados.

Sin embargo, otras voces y hechos pasaron desapercibidos entre las murgas de calaveras. 
La declaración más notable fue la de Luis D'Elía: "Hacer el show off de estar dos días en la calle en nombre del hambre no me parece decente". El hecho más destacado fue, retomando las elucubraciones del boletín anterior, la votación argentina para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, mientras Brasil y México se abstuvieron. 

Pero no fue el único hecho destacado: la condena por corrupción contra el ex gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, y su posterior renuncia a la embajada de Israel, es encomiable desde el punto de vista del funcionamiento judicial; el acuerdo de gas con Bolivia, que supone un incremento del 10,2 por ciento, es un pequeño aliciente para la producción industrial que ya se veía congelada en invierno; la reunión de peronistas, radicales y dirigentes del PRO en la casa de Juan Manuel Urtubey, y que podría tener como emergente la candidatura de Juan Schiaretti, es una luz de esperanza ante un bipartidismo que se encuentra rígidamente establecido, y la reunión de los gobernadores del Norte Grande, que seguramente derivará en acciones en favor de la gobernabilidad, es un destello mayor.

Por ahora son solo gotas de agua en un infierno inflacionario que estima en torno del seis por ciento la marca de marzo; de un dólar oficial que sigue sobrevaluado a pesar de la baja del paralelo; de un oficialismo que no se hace cargo de sus responsabilidades, y de una oposición que no parece estar a la altura de la responsabilidad que le toca.+)

El personaje


La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, parece desconocer la historia argentina. Decir que "no hay ningún riesgo de hiperinflación en la Argentina", en los oídos argentinos, suena a deja vu, a algo que necesariamente se va a repetir. ¿Esto no lo escuchamos antes? ¿Cómo era? El que apuesta al dólar pierde, el que puso dólares recibirá dólares... En este día de frases vienen otras, que sólo emparejan a la de la Cerruti en poesía: "Felices Pascuas, la casa está en orden", "hay que pasar el invierno", "acá nadie hace la plata trabajando", "la pelota no se mancha"... Pero nosotros quisiéramos ir por otro lado. Una pena tener que citar a Iván Noble, pero también quisiera cantar que “vamos a punguearle a esta vida amarreta un ramo de sueños” o, mejor aún, hacerle la segunda voz a Gustavo Ceratti cuanto cantaba su propio Deja vu: “Sacar belleza de este caos es virtud". Educando a Gabriela.


 La frase

"Puede haber una asamblea legislativa".



Del Senador Alfredo Cornejo, ante la posibilidad de que la inflación siga subiendo

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