Dios nos ayude

 


Deliberadamente, al término del acto en el que se realizó el anuncio sobre la jubilación anticipada, el hiperactivo Juan Manzur contó que una señora lo había saludado pidiendo que Dios lo ayude. “Ojalá que Dios nos ayude, porque nos hace falta”, confesó el flamante presidenciable del peronismo ortodoxo.

Por importante que sea la gobernación de Tucumán, la Jefatura del Gabinete de Ministros de un cascoteado gobierno peronista que podría marcar el final de una etapa partidaria debe ser prácticamente una silla eléctrica. 

Es muy probable que este funcionario con el apacible rostro del hombre del interior, esté viviendo un momento extraordinariamente intenso, de esos que despiertan todos los rincones del espíritu.

Pocos días antes, este cristiano maronita había estado presente en la misa que se celebró en desagravio por la profanación sucedida en la sede de la Eparquía de San Charbel, en Buenos Aires, en donde unos vieron un robo común y otros sospecharon otra cosa.

¿Qué pedía Manzur en su plegaria? ¿Ganar las elecciones? 

"Dar vuelta la elección no importa demasiado. Lo que me importa es transformar los planes sociales en trabajo genuino", expresó el funcionario más cercano a Alberto Fernández, el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, en diálogo con TN.

"Cuando hay mensajes tan claros de la sociedad siempre hay que hacer cambios", reconoció Andrés “el Cuervo” Larroque en declaraciones a Radio 10. "Es una manera de mostrar respeto al mensaje de las urnas".

El peronismo está viviendo convulsiones parturientas. Los dos precandidatos presidenciales que aparecían a principios de este año quedaron totalmente desdibujados: Sergio Massa, que terminó por diluir la poca confianza que le deparaban sus socios, y Axel Kicillof, que perdió el respeto que le infundía a la Vicepresidenta Cristina Kirchner.

La alianza de gobierno, ya partida, podría estar aspirando a diferentes escenarios. La única que parece interesada en revertir el resultado electoral fue aquella que más cedió para buscar el triunfo en septiembre. A Cristina F. de Kirchner seguramente le interese retener el poder senatorial y parece la más preocupada por una derrota en 2023.

El Presidente parece despreocupado del resultado de noviembre. Debe estar más bien interesado en poder concluir su mandato. Para eso, una recuperación electoral -no necesariamente una victoria- le alcanza y le sobra. No sea cosa que la reversión del resultado electoral fortalezca el poder parlamentario del Frente de Todos (FT) y lo deje a merced de sus verdugos y antiguos socios (tal como habíamos dicho, el Frente de Todos presenta una rajadura).

Lo único cierto es que el espacio está en estado deliberativo. El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, tuvo que desmentir que tenía pensado irse del FT. Las acciones del contendiente Fernando Gray subieron a ritmo de criptomoneda en el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. Todos buscan culpables. Huelen el miedo de los antiguos jerarcas y ladran fuerte. "Un día el pueblo se va a levantar contra los medios", vociferó amenazante Mario Ishii, propio del que intenta desquitarse con el mensajero de la fatalidad.

Por su parte, los que no perdieron saben que el éxito duró esa noche y que la gente no consagró nuevos liderazgos. María Eugenia Vidal luce devaluada y Diego Santilli sigue siendo una persona relativamente ajena a las preocupaciones de la gente.

Las fuerzas mayoritarias, que parecían haber concentrado la opinión de la gente a fuerza de agrandar la grieta, ahora parecen agolpados en la Secretaría de Industria reclamando la aprobación de las SIMIS de brújulas a granel. Por la reapertura de la frontera con Brasil pasó un agrandado Marcos Peña, a quien Horacio Rodríguez Larreta convocó a último momento ante la pavura de perder los votos de Ricardo López Murphy en favor del clon morocho de Benny Hill.

"No es descartable una fórmula con Patricia Bullrich en 2023", festeja desde la vereda de enfrente de la política un desafiante Javier Milei, en una entrevista a ElDiarioAr. Los liberales y la izquierda tuvieron un gran protagonismo y pueden reeditarlo -y hasta en algunos casos, como el de Milei, aumentarlo en las generales. En la provincia habrá que estar atento a Cynthia Hotton, que sobrevivió a la atomizada división de la derecha valórica y que parece, como el propio Manzur, solicitar la ayuda divina para adueñarse del color celeste. +)

La frase


“Hay movimientos para reemplazar o, al menos, debilitar en gran medida a Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional desde 2019″, indicó Stiglitz en un artículo del Project Syndicate.

De Joseph Stiglitz, premio Nobel y padrino intelectual del ministro Martín Guzmán en una nota de opinión.

El personaje




Horacio Rosatti, recientemente elegido presidente de la Corte Suprema de Justicia, es el personaje de la semana porque será el titular del único poder realmente independiente. Por otra parte, este constitucionalista santafesino que renunció al gobierno de Néstor Kirchner -presuntamente para no denunciar la corrupción, luego de haber asumido en el Ministerio de Justicia que había abandonado Gustavo Béliz- y fue nominado por Mauricio Macri para la actual magistratura, parece ser uno de esos peronistas que están enojados con el actual desgobierno y la pérdida del rumbo partidario. No descartaría que antes que después notemos su presencia como cabeza del Poder Judicial.

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