el
efemérides
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
La mirada porteño céntrica hace foco en los resultados electorales de la Ciudad y en los de la provincia de Buenos Aires, pero ayer en la Argentina sucedieron muchas otras cosas.
La población cacheteó de diferentes maneras al Gobierno a lo largo y a lo ancho de la geografía nacional. Ciertamente, el resultado bonaerense fue el más sorpresivo, pero no fue el único. El cambio de color del mapa electoral (ver imagen) es sorprendente. La magnitud de la derrota del peronismo tiene pocos antecedentes. El oficialismo perdió en provincias impensadas y aún en los distritos en los que ganó lo hizo con diferencias escasísimas.
El Presidente se había puesto firme ante los reclamos internos -que básicamente pedían un cambio de hombres y de políticas- y planteó la elección en términos plebiscitarios. La sonoridad del sorpresivo cachetazo no aturdió al elenco gobernante, que a eso de las once de la noche se presentaba unida y alineada en el reconocimiento de la derrota, y que trabajó hasta bien entrada la noche para procesar la reacción. Se habló de políticas y de medidas favorables a la producción, como el anuncio del Compre Nacional de hoy; pero no hubo definiciones sobre el gabinete. El Presidente resiste a ceder ante la sacudida del árbol de los funcionarios que no funcionan.
Este Boletín viene rescatando desde hace ya meses aquellas voces de gobierno que manifiestan descreer en la solución permanente de la asistencia social y que exigen mayor actividad económica. "Menos planes y más trabajo", expresaron oportunamente los ministros de Desarrollo Social bonaerense y el flamante de la cartera nacional, Andrés Larroque y Juan Zavaleta, respectivamente, además de los referentes de los movimientos sociales.
Son pocos los que aún piensan que se puede seguir imprimiendo dinero para repartir papelitos que valen cada vez menos. "Nadie lo dice, pero el país debe ajustar sus cuentas fiscales", había afirmado el gobernador santiagueño Gerardo Zamora, uno de los pocos ganadores de ayer, en la entrevista que dio al principal diario de su provincia de cara al acto comicial (ver "La Frase" de la edición anterior).
No hay margen para el verso. Hacen falta hechos que permitan despertar la esperanza si es que se procura revertir un resultado que podría significar hasta un retroceso parlamentario. Tal vez un recambio de nombres en el gabinete económico, un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI, una solución diferente a los problemas de la economía o todo eso junto).
La oposición, por su parte, debe prepararse para mantener su flujo de votos e incluso atraer a los votantes de las facciones que perdieron en la PASO, a los dos millones menos de ciudadanos que no concurrieron a las urnas y a los otros dos que votaron a fuerzas minoritarias que no llegarán a las elecciones generales, sin el artilugio de la duplicación de listas (¿no le hubiera ido mejor al Frente de Todos si se presentaba con dos listas?).
"¡Era la moderación, estúpido!"
Título de la columna de Carlos Fara en Perfil
Comentarios