¿Qué pasará en 2025?

Apariencias engañosas

 


El acceso del Talibán al poder en Afganistán puede darnos alguna clave para entender lo que está sucediendo en el mundo y también en la Argentina. 
Por otra parte, sería inútil dedicar este panorama semanal al impacto que podrían tener las fotos del cumpleaños de Fabiola Yañez en las próximas elecciones o en la gobernabilidad argentina.
Durante los últimos 50 años, los principales conflictos internacionales tuvieron un eje conductor: el aprovisionamiento energético. Desde la crisis del petróleo, cuando los árabes extorsionaron al principal consumidor de petróleo, que era Estados Unidos, por su apoyo a Israel en la guerra del Iom Kipur, los norteamericanos notaron su debilidad estratégica y procuraron su autoabastecimiento. 
La encrucijada energética impregnó a la guerra entre Irak e Irán tras la revolución islámica, la caída de la Unión Soviética, la anexión iraquí de Kuwait, la Operación Tormenta del Desierto, el protocolo de Kyoto, el acuerdo de París, el auge de las tecnologías no convencionales para la producción de hidrocarburos, la aparición de las energías renovables, el movimiento bolivariano en Latinoamérica, el ataque a las Torres Gemelas, las invasiones norteamericanas a Irak y a Afganistán, por mencionar sólo algunos sucesos. Podríamos decir que esto fue así hasta la Primavera Arabe.
Nuestro país no se mantuvo ajeno a este problema. Desde la llegada de Carlos Menem al poder trabó una gran relación con su par norteamericano, George Bush. Además de desnacionalizar el petróleo y de privatizar YPF, la Argentina pasó a intervenir con los Estados Unidos en la escena internacional, por medio de las misiones de paz de Naciones Unidas. No fue casualidad que Buenos Aires haya sufrido los atentados terroristas contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA. Este último significó el único enjuiciamiento por terrorismo contra Irán en todo el mundo, que limitó el desplazamiento internacional de los jerarcas persas debido a la orden de captura de Interpol.
La relación entre la Argentina y los Estados Unidos se mantuvo invariable desde entonces hasta ahora, excepto que ha cambiado mucho el relacionamiento personal de las autoridades. No es una frase caprichosa: el propio director del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos lo reconoció ante una comitiva de observadores electorales argentinos en noviembre de 2014. La agenda bilateral, por otra parte, se había enriquecido mucho en los últimos años.
Tengamos en cuenta que no podría estar hablándose de un acuerdo entre las potencias mundiales (EE.UU., China, Rusia, Inglaterra, Francia y Alemania) con Irán, si Cristina Fernández de Kirchner no hubiera firmado aquel Memorandum que permitió las negociaciones con la nación persa en sede neutral. Tengamos presente que el segundo de la misión que inspeccionó las instalaciones cuestionadas fue el entonces ministro Rafael Grossi, quien dos meses después sería embajador en Viena. Casualmente allí se encuentra la sede de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que actualmente preside Grossi desde 2019.
El único paso en falso que dio Cristina en esa relación fue la instalación de la estación aeroespacial china en Neuquén. Tengamos en cuenta que eso lo firmó luego de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la víspera a declarar en el Congreso en contra del citado Memorándum. Tres días más tarde de ese fatídico suceso, la entonces Presidenta apareció recluída en la Residencia de Olivos y acusó veladamente del asesinato a los Estados Unidos: "Miren al Norte", sentenció y dejó trascender fotos del agente argentino Antonio "Jaime" Stiusso de paseo por Miami. Al mes siguiente, la viuda de Kirchner viajaría a China y firmaría una alianza estratégica que se estableció sobre 17 convenios, entre los cuales se contaba el del observatorio espacial.
No olvidemos que previo a ese episodio, los Eskenazi se habían quedado con la parte de Repsol en YPF luego de que el diario El País de España dejara trascender intensas negociaciones para venderla a los chinos, en 2007; en 2010, los Bulgheroni habían acordado la asociación con los chinos de Cnooc para quedarse con Pan American Energy, pero al año siguiente desistieron pocas horas después de un encuentro entre la Presidenta y su par norteamericano Barak Obama; el anuncio de nacionalización de YPF, en 2012, también sucedió pocos días después de un encuentro entre CFK y Obama. Sumemos a esto la sanción de la ley de tierras en 2011, unos meses más tarde de que trascendiera la intención china de comprar 200.000 hectáreas en el Alto Valle de Río Negro.
Desde 2013, cuando el flamante premier chino Xi Xingpin anunció la Ruta de la Seda, la tensión se trasladó al Océano Indico, y . Los Estados Unidos anunciaron la retirada de escenarios europeos y mesoorientales. Desde 2019 hasta la fecha anunciaron el retiro de tropas de Siria, Alemania, Irak y Afganistán. En el caso europeo, en la última reunión de la NATO Joe Biden siguió el camino de Donald Trump al exigir a sus socios europeos el aumento del gasto militar de modo de facilitar en algún momento el aporte estadounidense.
Poer eso es que, volviendo a la cuestión afgana, los elementos que hay que tener en cuenta para analizar este caso son tres: la historia que acabamos de referir, el acuerdo que alcanzaron norteamericanos y talibanes el año pasado, y la proximidad de este escenario bélico a la ruta alternativa a la Ruta Marítima de la Seda, que pasa por el llamado Camino Económico Paquistán Chino.
Lo que allí pueda suceder aún está por verse.+)

La frase

“A nuestros verdaderos competidores estratégicos, China y Rusia, les encantaría vernos seguir gastando indefinidamente miles de millones de dólares en recursos y atención para estabilizar Afganistán".

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Joe Biden, en su discurso para explicar la caída de Kabul

El personaje

El personaje de la semana es la Vicepresidenta de la Nación porque en los últimos tiempos y ante la falta de soluciones a los importantes problemas que vive el país, Cristina Fernández de Kirchner pasó a ser una voz hasta razonable para parte del establishment. Además, pareciera que no hay nada que suceda que no sea aprobado por ella. Más aún, si leemos el panorama semanal veremos que muchas veces hay que observar y juzgar los hechos antes que dejarse llevar por las declaraciones y las noticias de último momento.+)


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