Esta semana coinciden dos episodios importantes para Turquía: el genocidio armenio y el centenario del establecimiento de la Gran Asamblea Nacional, que llevó a la presidencia de ese cuerpo a Mustafá Kemal, Ataturk.
Desde el siglo XIV el Imperio Otomano creció sistemáticamente hasta fines del siglo XVII. A partir de ahí comienza una decadencia que termina de eclosionar en la Primera Guerra Mundial.
La principal versión acerca de la causa del genocidio armenio por parte de los turcos fue justamente la acusación contra esa nación -que estaba bajo su dominio- de no colaborar con el esfuerzo bélico.
Cinco años después, los llamados jóvenes turcos liderados por Ataturk consagraron con la asamblea el deseo de modernizar a su país.
Nuevamente, la historia daría vuelta una página que dejara tanta sangre derramada.+)
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