81 días


El discurso presidencial de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso ante la Asamblea Legislativa no se alejó mucho del que Alberto Fernandez pronunció al momento de su asunción. Es decir que de él podría decirse lo mismo que dijo al comienzo de su discurso: que sus palabras no explican plenamente sus hechos.
Su alocución fue moderada, generalista y conciliadora, aunque contundente en algunas medidas. Por eso podría decirse que en esto es paradójicamente fiel al estilo de Cristina Fernández de Kirchner, cuyo posicionamiento es claro y su posición, determinada; ergo, ¿podría decirse que es moderado y conciliador?

Referencias
Veamos algunas de las notas más salientes. Cuando al principio habló de la mentira, por ejemplo, no mencionó en ningún momento a la verdad; excepto hacia el final, en el contexto de la consigna "Memoria, verdad y justicia".
A las únicas personas que nombró fueron: Raúl Alfonsín, un par de veces; Manuel Belgrano, a quien elogió como un prócer excepcional y llamó a su recordación en este año que se rememoran los 250 años de su nacimiento y el bicentenario de su fallecimiento; a Néstor Kirchner, una sola vez; a Perón, así a secas, una vez, y al Papa Francisco, al que citó: “saquémonos las escamas de los ojos para ver a una economía con alma”.
No hubo referencias a Evita Duarte de Perón ni a los expresidentes Cristina, ni a Carlos Menem ni a Eduardo Duhalde. A la Constitución la mencionó sólo al principio. Al Censo Nacional de Población lo omitió por completo.
Estuvieron presentes -a veces, repetidamente- algunos términos tales como “sociedad dañada”, “manipulación de la justicia”, "especulación", “compromiso”, “comunitario”,”fraterno”, “federalismo”, “regional”, “sostenible”, “género”, “todos”, “inclusión”, “estado activo”, “familia” y “derechos”.

La herencia
La primera parte se dedicó a lamentar la herencia recibida: la inflación, la desocupación, la capacidad industrial ociosa, la deuda pública, la subejecución presupuestaria, los aumentos tarifarios excesivos, los gerentes caros, el déficit y hasta un brote de sarampión que amenaza a nuestro estadio sanitario.
Lo que no hizo el presidente Mauricio Macri en 2015, por recomendación de Jaime Durán Barba, lo facturó Fernández.
Hacer honor a la verdad habría sido hablar de un arrastre de diez años de caída económica.
“Comenzamos por los últimos para llegar a todos”, fue la frase que consiguió el primer aplauso.
Se montó sobre los años del macrismo para explicar que pondrá foco en la producción y en el trabajo, antes que en la especulación; en términos generales en favor de la opción por los que menos tienen y en los esfuerzos por “tranquilizar la economía”. Fue vehemente para criticar a los remarcadores de precios.
Dijo que las potencias centrales estaban espantadas por la situación económica; que le brindaron su apoyo y que hasta el propio FMI caracterizó a la deuda como “no sostenible”.
La herencia y la deuda se llevaron medio discurso. También habló de un programa “integral y sustentable”, que no explicó.

Medidas
Dio un fuerte impulso a la reforma judicial con foco en el fuero federal y el combate al narcotráfico en la provincia de Santa fe; a la reconversión publicitaria; la modificación del régimen pesquero; el fortalecimiento del sistema oficial de medios de comunicación; del sistema previsional y del universitario, además de limitaciones a la acción de la Agencia Federal de Inteligencia y a transparentar más del 90 por ciento de los fondos reservados que administra ese organismo.
Celebró que “mañana comenzarán las clases en casi todo el país”. Luego, desarrolló en conceptos la importancia que asigna a la educación, a la ciencia y a la tecnología. “Somos un gobierno de científicos, no de CEO’s”. Al respecto dijo que enviará un proyecto de ley al Congreso para dar impulso al Software, la biotecnología y la robótica.
Convocará al Consejo Económico y Social, al que le asigna muchas esperanzas a juzgar por la cantidad de líneas y al tiempo que le dedicó.
Establecerá un programa de innovadores de gobierno, que pretende reforzar el cuerpo de administradores públicos.
Finalmente, la medida más controvertida fue el envío en los próximos diez días de un proyecto de ley que legalizará el aborto al comienzo del embarazo, que permitirá el acceso al sistema de salud de todas las mujeres a fin de que puedan “disponer libremente de sus cuerpos”.

Sectores
Al campo le dijo que “debe ser un protagonista importante; que crezca es uno de mis objetivos”. Manifestó su apoyo en la rebaja del costo de combustible, en la cotización de la divisa y en que se mantuvo el nivel de retenciones en general, excepto de un solo cultivo (la soja), al que solicitó que sea sensible del momento que vive el país.
Fue encomiable con los militares, que hora son conducidos por civiles, estarán más equipados y son respetuosos del poder político. Sus protagonistas egresaron en tiempos democráticos. Conmemoró a los submarinistas malogrados en el ARA San Juan, a los que ascenderá posmortem. Convocará a los ex combatientes, entre otros, a un consejo pro soberanía nacional, que incluirá la preocupación por Malvinas y las islas del Atlántico Sur y sobre la plataforma submarina continental.
Habló más del trabajo que de sus representantes. Al mismo nivel puso a los empresarios. A la Iglesia la olvidó, excepto por la cita de Su Santidad. A los gobernadores y a los intendentes, como tales, también.
A los movimientos les ofreció el derecho a la seguridad, la negociación de la conflictividad y evitar la criminalización de los grupos y sectores sociales.
A los judíos les brindó la promesa de desclasificar los testimonios secretos en poder de la inteligencia argentina por la causa AMIA.
A los educadores los incluyó; a los judiciales los puso en la vereda de enfrente.

Internacionales
No hubo mención alguna de los Estados Unidos, tal vez porque ya habló mucho con ellos en privado; en cambio, dejó para el final el deseo de mantener relaciones con China y con Rusia.
Se concentró en el multilateralismo; en fortalecer los vínculos dentro de América latina y particularmente en el Mercosur; y se manifestó en favor de los esquemas de asociación con países desarrollados y emergentes.

100 días
Al referir a sus 81 días pareciera querer explicar su balance de gestión quedará pendiente hasta que cumpla los cien días de gobierno.+)

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