Un joven sin futuro


Las tendencias autodestructivas de la sociedad explica lo que pasa en el mundo de hoy. El movimiento punk podría ser un antecedente para el Brexit.

Simon John Ritchie nació en Londres el 10 de mayo de 1957 era un chico de familia de clase baja que tenía una vida relativamente normal hasta que su padre los abandonó y su madre, Anne Beverly, se sumergió en una profunda depresión en cuyo trámite se volvió adicta a las drogas duras.
Era un fan de David Bowie y de las charas filosóficas, con fascinación por las diversas tribus urbanas y del humor inglés. Así llegó hasta la tienda Sex, de Vivienne Westwood y Malcom McLaren, manager e impulsor de los Sex Pistols. Allí se reunía el incipiente movimiento punk. Trabó amistad con John Lydon, cantante de la banda, quien promovió el reemplazo de Glen Matlock, bajista original y principal compositor de sus temas, por el ahora bautizado Sid Vicious, que no sabía siquiera tocar el instrumento.
El nuevo integrante llevó a los Sex Pistols a una espiral autodestructiva que no era otra cosa que lo que sus seguidores esperaban de ellos y propiamente la justificación del cambio del otrora convencional bajista, pero que aceleraron el fin de la banda.
De pronto, con apenas 21 años, Sid Vicious se encontraba con su novia en una habitación del Chelsea Hotel en una noche de tal descontrol que no pudo explicar cómo fué que ella murió de una cuchillada en su vientre.
Fue preso y salió en libertad bajo fianza. La noche del 2 de febrero de de 1979 lo celebró con una fiesta en la que una sobredosis proporcionada por su propia madre le aseguró haber cumplido con el mandato punk de vivir rápido, al límite y morir joven.+)

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