El quinto aniversario del papado de Francisco obliga a preguntarse sobre su significado histórico.
Su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI, que fuera el mentor doctrinario de san Juan Pablo II, desechó la idea de aquellos que creen que el Papa argentino es teológicamente superficial.
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Los pequeños volúmenes – afirmó Joseph Ratzinger en una reciente carta con ocasión de una obra sobre el pensamiento teológico de Jorge Bergoglio
– muestran con razón que el Papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y ayudan, por lo tanto, a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, si bien con todas las diferencias de estilo y temperamento».
De hecho, una de las dos encíclicas -Lumen Fidei- que publicó el actual Santo Padre está casi íntegramente escrita por su predecesor en el cargo.
Aún diría más, los últimos pontificados, desde Juan XXIII, siguen un mismo camino: intentan surfear la ola del cambio epocal sin ceder en las posiciones doctrinarias. No en vano Francisco apuró la canonización de Paulo VI, sino para traerlo a la memoria.+)
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