El peronismo de cara al 2017

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Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey: “Massa, a lo sumo, conducirá el peronismo de Buenos Aires”

Perfil, 20.11.2016
Por Mariano Confalonieri

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, apuesta a convertirse en líder del peronismo de cara a las elecciones presidenciales de 2019. Minimiza las legislativas del año que viene y la trascendencia de la provincia de Buenos Aires. Critica a Roberto Lavagna, por apuntar a la política económica del Gobierno, y al PJ, por no asumir la derrota.

—Si Sergio Massa gana en 2017, ¿se convierte en el líder del peronismo?

—Habría que preguntarle primero a Massa si quiere trabajar en el peronismo. Y segundo, no me prendo en esa lógica tan lineal de que Buenos Aires conduce la Argentina. A lo sumo conducirá el peronismo de Buenos Aires, si es que los bonaerenses quieren. Ningún gobernador de la provincia de Buenos Aires fue presidente de la Nación. Nunca. El ejemplo es la historia.

—¿Cómo está el PJ?

—Estamos en una situación de crisis muy difícil. Todavía no pareciera haber una luz de esperanza en el corto plazo. No elaboramos el duelo. No asumimos que la gente eligió otra alternativa y no a nosotros.

—¿Y cómo se asume?

—Entendiendo que no es la gente que se equivocó, sino que fuimos nosotros. Le trasladamos nuestra incapacidad a la gente, diciendo que fue la que no entendió. Nuestra oferta electoral no era buena. Hay que asumir eso y tratar de hacer algo distinto. Si insistimos con la misma gente, por qué vamos a esperar un resultado distinto.

—¿Cristina Kirchner puede ganar una elección en Buenos aires?

—Daría la sensación de que no.

—¿Cómo hará usted para posicionarse electoralmente siendo que no compite en 2017?

—Porque justamente en 2017 no hay una elección nacional. Acá el año que viene ganará alguien en San Juan, Salta, Tierra del Fuego, Buenos Aires. Y vamos a caer en la misma tendencia natural de pensar que la elección bonaerense es la nacional. Vamos a poner todas las fichas ahí, pero después sus candidatos pierden.

—Algunos lo miran a usted con desconfianza porque no es crítico de Macri.
—Algunos dirigentes sí. Lo que quieren los dirigentes es trabajar el posicionamiento personal. Pero la gente quiere otra cosa.

—¿Este es un modelo económico de los 90 o de la dictadura, como dijo Roberto Lavagna?

—Es un disparate lo que dice Lavagna. Los que tuvieron responsabilidades de gobierno como la que tuvo él deben darse cuenta de que hay que aportar a la Argentina. Cuando llegue la discusión electoral, que lo planteen. Pero no puede desconocer que frente a la situación actual tenemos dos caminos: la emisión o la hiperinflación, o un camino de responsabilidad. Pretender boicotear eso es infantil.

—¿Cómo lo ve a Florencio Randazzo?

—Es un gran dirigente, con formación, con buena voluntad, pero obviamente tiene que elegir lo que quiere hacer.

—¿Qué pasa si el Gobierno pierde la elección de medio término?

—El peronismo puede ganar la elección en la Argentina.

—¿Pero qué pasa si, aun sin ganar la elección, mejora su composición legislativa?

—La lectura en una elección legislativa es muy parcial.

EMILIO MONZO, PRESIDENTE DE LA CAMARA DE DIPUTADOS: “Duran Barba tiene muy poca idea, casi nada, de la realidad política de Argentina”

El dirigente macrista cuestiona la “vanidad” del asesor ecuatoriano y dice que se “vende” de más. Pone en dudas el futuro de Cambiemos y habla de sus peleas con Macri y Vidal.

Perfil, 20|11|16

Por Ezequiel Spillman

 

Transversal. Elogió a varios dirigentes del peronismo, como Perotti, Randazzo, Domínguez, Urtubey, Bossio y Katopodis, a los que “hay que invitar al poder”. 

Emilio Monzó fue el armador político de Mauricio Macrientre 2011 y 2015. Recaló como titular de la Cámara de Diputados, donde obtuvo más de setenta leyes sin quórum propio. Pero, a la vez, fue muy crítico de la “falta de política” del Gobierno. En una entrevista con PERFIL, habla de todo.

—¿Qué opina del timbreo? Fue muy crítico...
—Lo he hecho toda mi vida en mi carrera política territorial. Pero he reclamado más profundidad en la política. Además del timbreo uno quiere que la política no esté ausente desde el punto de vista de los dirigentes, de la política tradicional, de la territorial, porque después acomodar el escenario político en campaña es más difícil.

—¿No hubo política territorial?
—Muy poco. También es muy difícil tener pocos actores para hacer todo. En mi caso, el Congreso se lleva el 100%. Uno reclama porque está mirando el año electoral. La mejor forma de ayudar al Presidente es decirle la verdad.

—Una vez le dijo la verdad y la reunión terminó mal.
—Tiene lógica, que haya algo de pasión en nuestras reuniones. Y también hace que la lealtad y la confianza se consolide. No quiero ser hipócrita para estar bien con él. La reacción no fue buena. Pero entendible. A lo mejor le proponía algo que lo desbordaba. Siempre nos pasa lo mismo: a los veinte días volvemos a hablar y cedemos.

—Lo mandó a callar, a los gritos, al secretario Fernando de Andreis.
—Eso queda para lo privado de la reunión. Pero producto de eso María Eugenia (Vidal) y yo nos empezamos a sentar a hablar.

—¿Sumaría a actores del PJ a Cambiemos?
—Sí, tengo una visión: la política empieza a ser líquida y todo es transversal. El peronismo tiene dirigentes impresionantes que hay que invitar al poder: Omar Perotti, Randazzo, Julián Domínguez, Bossio, Katopodis o Urtubey.

—Es difícil que sean candidatos de Cambiemos.
—No creo. Pero no sé si Cambiemos es lo que va a perdurar. El espacio de Cambiemos se consolida como espacio de gestión pero no como espacio político.

—Pero usted ayudó a construir el espacio...
—Cambiemos fue un esquema electoral con éxito, no seamos hipócritas. Ahora, hay mucha distancia en que se transforme en un cuerpo sólido como partido político. Hoy el común denominador es la responsabilidad de gobernar. No hay que tener prejuicios para sumar dirigentes.

—¿Por qué se peleó con Vidal?
—Peleado es demasiado fuerte, distanciado por concepciones políticas diferentes.

—¿Se arreglaron?
—Sí. Nos costó más que con Mauricio, que las peleas duran pocos días. A veces no podemos tener un contacto más que en eventos. Hicimos varias reuniones y tenemos personalidades fuertes. Pero hay un objetivo común: las elecciones de 2017 y una gestión muy difícil en la Provincia. Tiene una gran valentía.

—¿Cuál es su principal diferencia con Duran Barba?
—Hay un factor humano. Su excesiva vanidad lo lleva a excederse en sus atribuciones y apreciaciones sin el conocimiento como para hacerlo. Duran Barba tiene muy poca idea, y casi nada, de la realidad de la política territorial de la Argentina. Cuando una persona opina, con apariencia de tener mucho conocimiento de algo que no tiene, ahí hay un exceso. Y eso me produce un encuentro frontal. Cuando Duran Barba opina qué hay que hacer en la primera sección electoral, ahí es donde se complica. En la apreciación de los resultados, cuando hay un éxito, el autor intelectual absoluto es Duran Barba y cuando hay una derrota el problema fue el contexto o el candidato. A mi criterio, en política dependemos en gran parte del contexto y el resultado se logra por muchos factores que nos trascienden. El segundo motivo es el esfuerzo del candidato.

—¿Está sobrevalorado?
—Sí. Alguien que viene part time, que está en su casa, nunca puede saber más de la situación política que el que está en la calle. Marcos Peña estuvo en la campaña y es, desde lo comunicacional y la estrategia, la persona más importante. Desde lo político, nuestro equipo. Duran Barba es un consultor. Ponerle otro valor es un exceso. Obviamente él lo promueve, a diferencia de Marcos que no ostenta su rol. Duran Barba es un buen consultor de sí mismo. Vende mucho de lo que no es.

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