En San Isidro, ni Posse ni Lanús

Todavía hay mucha gente que no sabe que hay que votar dos veces en la provincia de Buenos Aires. La primera, el próximo 7 de septiembre, se votan candidatos provinciales y municipales y en la segunda, el 26 de octubre, los nacionales.  Esta división perjudica a aquellos que colgaban todas sus votaciones de una sola boleta, pero favorece a aquellos que piensan y analizan cada voto, segmento por segmento. Lo mismo pasa a nivel nacional, en donde las dos fuerzas mayoritarias buscan polarizar la elección y plantearla en términos presidenciales. Pero lo cierto es que la elección es parlamentaria y lo único que se eligen son aquellos que hacen leyes y controlan al Poder Ejecutivo y la Justicia. Por lo tanto, muy lejos de convenir votar a el simplista buenos contra malos, lo mejor es votar aquellos que no tienen compromiso con nadie. Nuestra sugerencia es votar el 7 de septiembre las listas de Potencia que son republicanas y van a apoyar al gobierno nacional en las cosas positivas, pero v...

Trifecta

El único obstáculo que parece interponerse entre Macri y el bastón de mando parece ser el debate, que difícilmente lleve la diferencia actual, de siete a diez puntos en favor de Mauricio Macri, hacia un virtual empate.

Más previsible: Gana Cambiemos. Se lleva la Triple Corona: Nación, Buenos Aires, Capital. Tiene un triple desafío: administrativo, económico y político. Administrativamente, se verán obligados a convocar a mucha gente nueva; eso forzará una mayor apertura y enriquecerá políticamente al nuevo Gobierno. El Pro crece ante la adversidad y produce nuevos liderazgos: probablemente Horacio R. Larreta y María Eugenia Vidal, en lo territorial; surgirán nuevos elementos en lo ministerial (Ernesto Sanz, Rogelio Frigerio), y se valorarán mucho los operadores políticos: tanto el Congreso como la Legislatura Bonarense serán campos de batalla parlamentaria y requerirán del arte negociador de propios, prestados (radicales y lilitos) y ajenos (massistas, peronistas disidentes y actualmente oficialistas). Serán muy importantes, por ejemplo, el rol de Emilio Monzo, Graciela Caamaño y Patricia Bullrich. Se esperan dificultades iniciales hasta tanto se aceite la maquinaria. Económicamente hablando, se aplicará un ajuste que permitirá ir desactivando la situación. Se renuevan muchas de las principales posiciones de poder: en la Justicia, en las FF. AA. y de seguridad, en la iglesia y en los sindicatos, que probablemente se radicalicen y desconozcan a los mandos convencionales. 


Menos probable: Gana el FPV. La debacle ya se produjo dentro del oficialismo. La derrota de Aníbal Fernández deja huérfano a La Campora y al kirchnerismo de paladar negro. El cristinismo debe ir al pie de Scioli para retener posiciones de poder. El los necesita para gobernar, por lo que los mantiene pero los domestica. Económicamente haría un mayor gradualismo, pero tiene espalda política y capacidad de acuerdos para subsistir a una crisis. El poder se consolida, particularmente el conservador que responde a los mandos naturales.

El peronismo tarda al menos dos años en organizarse sobre la base de un criterio territorial. Se destacan el gobernador Juan Manuel Urtubey, los senadores Miguel Pichetto y Omar Perotti, y los intendentes Martín Insaurralde, Mariano Cascallares y Jorge Ferraresi. Les llevará tiempo reacomodarse a Sergio Massa, Florencio Randazzo, Jorge Capitanich y Julián Domínguez. Depende de ellos hacerlo. La figura de Cristina Fernandez ocupará inicialmente un lugar, pero se podría ir diluyendo con el tiempo; depende de la gestión macrista.


Eventual: Empatan. La elección se judicializa. Asume Gerardo Zamora un interinato a partir del 10 de diciembre. Sería más probable que termine ganando el FPV. La crisis política se proyecta en el tiempo y se impone el desgobierno.

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