¿Qué pasará en 2025?

El resultado de la elección de hoy

Hay cosas que, pase lo que pase, no dependen del resultado de la elección de hoy.
Sabemos es que habrá una gran renovación dirigencial porque, gane quien gane, habrá un enorme recambio de gobernadores e intendentes del Conurbano bonaerense.
El oficialismo se impuso en varias provincias, pero con otro candidato. Tales son los casos de Neuquen (MPN), Santa fe (PS), Ciudad de Buenos Aires (PRO), Córdoba (UPC), La Rioja (FPV) y Chaco (FPV). Mientras que las provincias en las que habrá rigurosamente cambio de gobernador son Tucumán, provincia de Buenos Aires, Misiones, San Juan, San Luis, Entre Ríos y La Pampa.
Los mandatarios que buscan su reelección son Corrientes (ECO), Santa Cruz (FPV no K), Jujuy (FPV), Catamarca (FCS), Formosa (FPV) y Chubut (FPV). Hasta el momento, sólo fueron electos los gobernadores Juan Manuel Urtubey (FPV) y Alberto Weretilneck (SRN), de Salta y Río Negro, respectivamente. 
En el Gran Buenos Aires, Darío Díaz Pérez (Lanús, FPV), Sandro Guzmán (Escobar, FPV) y Enrique Slezack (Berisso), decidieron no presentarse a su reelección, al igual que Fernando Espinoza (La Matanza) y Gustavo Carballo (Magdalena), que abandonaron sus posiciones para postularse a otros cargos. En las PASO ya perdieron su dominio los barones de Merlo (Raúl Othacehé), Moreno (Mariano West), Alte. Brown (Darío Giustozzi) y San Vicente (Daniel Di Sabatino), todos del FPV. Aquellos que corren riesgo serio de perder su sillón (de acuerdo a sus resultados en las PASO) son Luis Acuña (Hurlingham), Jesús Cariglino (Malvinas), Joaquín de la Torre (San Miguel), Humberto Zuccaro (Pilar), Hugo Curto (Tres de Febrero), Francisco Gutiérrez (Quilmes) y Pablo Bruera (La Plata).
La división de poderes se verá fortalecida tanto por los antecedentes de los dos principales candidatos presidenciales en sus actuales gestiones en materia de diálogo abierto con todos los sectores, reconocimiento de las minorías y libertad de prensa, como por el hecho de que ninguno tendrá mayoría parlamentaria por sí sólo y se verá obligado a negociar y formar alianzas con otros partidos.
A juzgar por el perfil del candidato del oficialismo -que, de hecho, no es miembro ni persona de confianza de la familia presidencial-, se puede decir que este año se acaba el ciclo histórico que empezó con la crisis de principios de siglo.
No obstante, es muy probable que se mantengan muchas políticas de Estado. Por ejemplo, parecería que la ortodoxia económica no regresará, al menos en el corto plazo, y que no se irá marcha atrás en la relación con China. No se deben esperar grandes cambios de orientación política que no sean los del estilo y la gestión política. Nada más..., ni nada menos.
Finalmente, se podría decir que el sistema de partidos del siglo XX terminará por desaparecer y que el electoral tendrá que cambiar.
Pase lo que pase hoy, muchas cosas ya cambiaron.+)

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