Aprestos sofocantes

Durante las últimas semanas muchos hubo mucho ruido y pocas nueces, pero analicemos la cuestión de los frutos:
. La Presidente ha sufrido un cuadro de divertículos y estuvo un mes en reposo absoluto para evitar un cuadro infeccioso. Pero eso no evitó que siga ejerciendo influencia en la escena nacional. Hasta el momento, Cristina no es un "pato rengo"
. El Gobierno -básicamente Economía y el Banco Central- acordó con bancos y cerealeras la creación de un bono dólar linked y el anticipo de divisas por exportaciones, respectivamente, que le dio una certidumbre financiera de cara al siempre convulsivo fin de año. Por otra parte, dejó trascender que tiene acordado firmar un acuerdo con los Fondos Buitre en los primeros días de enero. 
. A pesar de la recesión reinante y la alta inflación (que el Congreso estima en 40 por ciento), se logró llevar la cotización del dólar blue 50 por ciento por encima del valor oficial. Ciertamente, como fruto de éstas y otras medidas, y a un importantísimo operativo de controles y persecuciones. El nuevo titular del Banfo Central hasta ahora obtuvo lo que se propuso.
. La salida de juan Carlos Fabrega refleja el pronunciado cristinismo predominante en el Ejecutivo, dominado por La Campora, que no es otra cosa que una guardia pretoriana presidencial. 
. Tras la última visita presidencial al Vaticano, trascendió que se bajarían las candidaturas presidenciales que no fueran la del gobernador Daniel Scioli y, unas semanas más tarde, la del enterriano Sergio Urubarri. El ministro Florencio Randazzo quedaría relegado a la elección bonaerense, como eventualmente el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
. El Congreso siguió funcionando y votando todo lo que el Ejecutivo necesita. Tal vez lo más destacado fueron el cambio en los códigos y la ley de Hidrocarburos. Si bien no puede hacer cualquier cosa, su margen de maniobra legislativo es amplio.
. Los triunfos electorales de Michelle Bachelet, en Chile, cuyas primeras medidas fueron de neto corte populista y amenazan con revertir los avances empresariales del célebre modelo chileno; de Evo Morales, en Bolivia; de Dilma Rouseff, ajustado y en segunda vuelta, en un Brasil ahora atribulado por investigaciones por corrucpión en la emblemática y estratégica Petrobrás, y el parcial pero aparentemente firme éxito del Frente Amplio en Uruguay, señalan que la tendencia popilista amaina sensiblemente en el subcontinente, pero aún se mantiene.
. La derrota del Partido Demócrata en las legislativas norteamericanas responden a otra cosa. Los Estados Unidos viven por estos días una etapa de confusión y desorientación que deriva en lo que se podría llamar un Nuevo Desorden Mundial, que ha llevado a Rusia y China a firmar continuos acuerdos de cooperación que alcanzan a los energético y lo militar. La relación entre la Rusia de Putin y Europa está llegando a una tirantez insoportable, de la que sólo se puede esperar algo malo. La aparición de un submarino presuntamente ruso en el Mar Ártico finlandés y la invasión del espacio aéreo de una cuadrilla de aviones rusa que alcanzó el Atlántico, despertaron alertas millares de todo tipo en Occidente. En Hong Kong, el levantamiento estudiantil olió parecido a la Primavera Árabe, pero en China.
. En ese contexto, la falta de liderazgo regional norteamericano -que sigue obsesionado por Medio Oriente y la lucha contra el neoterrorismo islámico- deja a la región, pero especialmente a nuestro país, a merced de los nuevos polos de poder que se interesan por el patio trasero americano.
. Nada de lo que suceda por estos días puede leerse en clave nacional. Ni la Primavera judicial argentina o brasileña, ni lo que pueda suceder en diciembre. Tienen razones locales, pero también un contexto prebélico internacional y multipolar.+)

 

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