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ROSARIO.- "La banda de Los Monos no ha sido aún desarticulada totalmente, pero perdió capacidad operativa", aseguró el fiscal de Cámara Guillermo Camporini, uno de los funcionarios judiciales que estuvieron involucrados en la investigación que terminó anteayer en el procesamiento de 35 miembros de este grupo narcocriminal como integrantes de una asociación ilícita.
Un día después de que se conociera la decisión del juez de Instrucción Nº 4 de Rosario, Juan Carlos Vienna, los abogados defensores de varios incriminados salieron a advertir que la causa "tuvo intereses políticos". Uno de ellos fue el abogado Carlos Varela, defensor de la familia Cantero, líder de esta banda, que en el marco de su estrategia de defensa descalificó la investigación realizada por el magistrado durante más de un año y medio. "El gobierno socialista destrozó a la Justicia", afirmó.
La banda de Los Monos surgió a fines de la década del 90 en el barrio 17 de Agosto, conocido como Villa La Granada, un asentamiento que está en el límite sur de Rosario, a pocos metros del casino. Pero el grupo liderado por los Cantero se expandió a partir de 2005, con el incremento de la demanda de una cocaína barata que se popularizó en las zonas más postergadas. Este crecimiento se sustentó a través de una red de búnkeres manejados por los denominados "soldaditos" en zonas como Las Flores y La Tablada, y también Villa Gobernador Gálvez.
El mercado de la venta de droga no estaba exento de tensiones permanentes con otros grupos rivales o con ex socios que decidían independizarse de la banda, como el caso de Luis "Pollo" Bassi. Dos hermanos de este supuesto narco fueron asesinados en el último mes y medio. Ayer, la policía allanó dos viviendas en Villa Gobernador Gálvez en las que secuestraron un arma, documentación relacionada con un imputado y teléfonos celulares, por la investigación por el homicidio de Leonardo Bassi.
La causa 913/12 se centró en los crímenes en torno de estos conflictos entre bandas, que tuvieron a Los Monos como principales protagonistas a partir del homicidio de Martín "Fantasma" Paz, el 8 de septiembre de 2012. Esta investigación, que se potenció tras el crimen de Claudio "Pájaro" Cantero, el 26 de mayo pasado -que disparó un raid de venganzas que dejó cuatro muertos en una semana-, representó un desafío para la Justicia.
Incluso el año pasado surgieron una serie de conflictos con la Procuración General de la Nación, que cuestionó que el fuero provincial no tenía jurisdicción para investigar casos ligados al narcotráfico. Lo que se planteó desde los tribunales de Rosario fue que la pesquisa estaba centrada en los homicidios y en la tenencia ilegal de armas de esta banda.
El procurador de la Corte Suprema de Santa Fe, Jorge Barraguirre, fue uno de los funcionarios que armaron la estrategia judicial para poder enfrentar en los tribunales un desafío inédito en la provincia. Con el avance de la causa se buscó trazar una raya para romper con la sensación de impunidad que reinaba con el funcionamiento y la acumulación económica de estos grupos narcocriminales.
El juez federal Carlos Vera Barros procesó ayer al oficial principal Diego Comini, quien se desempeñaba en Drogas Peligrosas de Santa Fe. Como lo anticipó LA NACION, este efectivo estaba vinculado a la banda liderada por Delfín Zacarías, que fue detenido en septiembre pasado en Funes con 300 kilos de cocaína y 1300 litros de precursores químicos.
Comini está acusado de brindar protección a la banda encabezada por Zacarías, junto con otro efectivo de la Policía Federal, José Luis Dabat..
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