No hay casualidades. A menos de un mes de la reunión del G20 en San Petersburgo, Rusia, se produjeron en un mismo día tres grandes sucesos en torno del proceso político en Medio Oriente: el diálogo entre los presidentes norteamericano e iraní, que no tiene antecedentes desde 1979 a la fecha; el notablemente coincidente encuentro entre los cancilleres argentino y de ese país por la causa de la AMIA, única que inculpa a funcionarios persas por terrorismo, y la declaración del consejo de Seguridad de la ONU para mantener la paz en Siria.
En este proceso se han destacado el Papa Francisco, que evitó una guerra que parecía irreversible, y el presidente Vladimir Putin, que logró ejecutar las maniobras diplomáticas necesarias para hacer retroceder a los Estados Unidos de sus aprestos bélicos. Este blog también cree que la Argentina viene jugando un activo papel en este proceso, y así lo hemos venido reflejando cada vez que hizo falta destacarlo, a pesar de las voces críticas que suelen observar la política obviando el contexto internacional. Se consignan tres notas de Página 12, que se suele lucir en materia de información de política internacional.+)
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Fuente: www.emol.com |
EL ENCUENTRO DE HOY ENTRE EL CANCILLER HECTOR TIMERMAN Y SU PAR IRANI, JAVAD ZARIF
La subsecretaria de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, valoró que los cancilleres se reúnan, aunque se mostró cauta: dijo que espera ver del nuevo gobierno de Irán hechos que respondan a la expectativa creada.
Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
Como cierre de su agenda en las Naciones Unidas, el canciller Héctor Timerman mantendrá hoy su bilateral más importante aquí cuando se reúna con su par iraní, Javad Zarif, con el objetivo de poner en marcha el Memorándum de Entendimiento firmado por ambos países para el esclarecimiento del atentado a la AMIA. El canciller estuvo ayer repartido en otras cuestiones –habló anoche en la reunión del Consejo de Seguridad que aprobó la resolución sobre Siria– pero quien sí se refirió al encuentro de hoy fue la subsecretaria de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, quien lo consideró una noticia positiva pero que esperaba ver, de parte del nuevo gobierno iraní, hechos que respondan a la expectativa creada.
La reunión se celebrará por la mañana en alguna sala del edificio de las Naciones Unidas, que en estos días tiene varios lugares acondicionados para las múltiples encuentros que se celebran a diario, incluyendo unos box especiales para bilaterales. El conflicto en Siria y la reanudación del contacto con Irán por la causa AMIA fueron los dos ejes principales del mensaje que la presidenta Cristina Kirchner ofreció el martes en la Asamblea General. Uno quedó encarrilado anoche en el Consejo de Seguridad, el otro podía seguir hoy el mismo camino. En cambio, para la delegación iraní –gran protagonista de esta semana en Nueva York– será su primer acercamiento al atentado a la mutual judía, ya que durante estas horas se ocuparon exclusivamente de sosegar los reclamos de las potencias sobre su plan nuclear. Hasta hoy, el gobierno del reformista Hassan Rohani no ha dicho una palabra sobre el memorándum.
En principio, el gobierno argentino quiere saber si Irán considera aprobado el acuerdo, ya que el anterior gobierno de Mahmud Ahmadinejad lo hizo por decreto y –por lo que se sabe– nunca pasó por el Parlamento. En caso de que, como se cree, hoy Zarif responda que lo consideran aprobado, entonces Timerman pedirá que se establezca una fecha para la conformación de la Comisión de la Verdad –cinco juristas que se dedicarán a estudiar las pruebas acumuladas en la causa– y otra fecha para el viaje del juez federal Rodolfo Canicoba Corral y del fiscal Alberto Nisman a Teherán con el fin de interrogar a los cinco sospechosos iraníes que tienen el alerta roja de Interpol.
Roberta Jacobson, la funcionaria encargada de América latina del gobierno de Barack Obama, dio ayer una conferencia de prensa en el piso 10 del edificio que la delegación de Estados Unidos tiene cruzando la calle desde la sede de la ONU. Habló bastante del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro –quien finalmente no concurrió a Nueva York– y de los reclamos de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, por el espionaje informático. Hubo un tramo dedicado a Argentina. Confirmó que hubo un pedido oficial de parte del gobierno de Cristina Kirchner al Departamento de Estado para que la causa AMIA sea incluida en el diálogo que las seis potencias iniciarán con Irán, pero explicó que las negociaciones estaban fuera de su área, así que no podía decir qué temas estarán dentro y cuáles fuera de ellas porque la agenda estaba muy cargada.
Por otro lado, recordó que ella había manifestado tiempo atrás públicamente su escepticismo respecto del resultado que podría arrojar el acuerdo con Irán por la AMIA y que, de hecho, “no parece haber habido ningún movimiento respecto de la constitución de la comisión”. Pero que ahora la comunidad internacional estaba “esperanzada” con la posibilidad de que se produzcan cambios en Irán a partir de la llegada de un gobierno reformista. Pero, advirtió, “la esperanza no es una política”. “Nosotros también hemos sido claros en que tenemos que ver resultados, tenemos que ver acciones”, subrayó, y añadió que entendía que lo mismo podía decirse para la posición de Argentina y su reclamo por la causa AMIA. “Mientras que todos tenemos la esperanza de que esto significa movimientos más positivos, la comunidad internacional ha estado preocupada durante demasiado tiempo. Como decimos, ‘el jurado todavía no se expidió’”, deslizó.
Hoy por la mañana, en las Naciones Unidas, comenzará a develarse la incógnita.
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Fuente: yahoo.com |
EL PRESIDENTE NORTEAMERICANO, BARACK OBAMA, CONVERSO POR TELEFONO CON SU PAR IRANI, HASSAN ROHANI
La conversación telefónica fue el primer contacto directo entre los presidentes de Estados Unidos e Irán desde la revolución islámica de 1979, y se produjo cuando avanzan las negociaciones sobre el control del programa nuclear iraní.
Barack Obama conversó en la tarde de ayer por teléfono con el presidente de Irán, Hassan Rohani, un hito histórico que puede ser el primer paso para la reconciliación de dos países que han sido enemigos acérrimos durante más de tres décadas. La conversación, según relató el presidente norteamericano en una comparecencia imprevista, demostró que es posible encontrar una solución pacífica a las diferencias sobre el programa nuclear iraní y crear “una nueva relación” a medio plazo entre dos de las naciones con más influencia en las principales crisis internacionales.
Esta conversación telefónica fue el primer contacto directo entre los presidentes de Estados Unidos e Irán desde la revolución islámica de 1979, y se produjo después de que no fuera posible organizar un breve saludo cuando ambos coincidieron esta semana en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Rohani declaró el jueves en una rueda de prensa que ese encuentro en la ONU no tuvo lugar porque faltó tiempo para prepararlo adecuadamente, pero añadió que se encontraba alentado por el nuevo tono que había escuchado de los gobernantes norteamericanos. En sus respectivas intervenciones ante la Asamblea General de la ONU, el pasado martes, tanto Obama como Rohani expresaron su voluntad de entendimiento y su confianza en que ambos gobiernos consigan acercarse sobre la base del respeto y los intereses mutuos.
El primer obstáculo para ese acercamiento es el programa nuclear iraní. Obama dijo el jueves que Irán debe tomar “acciones significativas, transparentes y verificables” en ese terreno. Rohani anunció que, en la reunión acordada para el próximo 15 de octubre en Ginebra, su gobierno presentará propuestas para que el mundo compruebe que Irán no tiene la intención de producir armas nucleares. Obama reconoce el derecho de Irán a enriquecer uranio para fines pacíficos, y aseguró públicamente –la última vez en su discurso en la ONU– que no pretende un cambio de régimen en Teherán. El presidente iraní ha repetido varias veces, también durante su visita a Nueva York, que el recurso del armamento atómico no está contemplado ni lo estará nunca dentro del sistema de seguridad de su país.
La conversación telefónica entre Obama y Rohani fue precedida el jueves por la primera reunión de un secretario de Estado norteamericano y un ministro iraní de Relaciones Exteriores desde 1979. John Kerry y Javad Zarif se sentaron a la misma mesa, junto con sus colegas de Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea, que forman el grupo de seguimiento y negociación del programa nuclear iraní. En esa reunión, Zarif aseguró que su país está interesado en negociaciones “sustantivas” sobre ese problema.
En su rueda de prensa del jueves, Rohani afirmó que tiene el deseo de resolver el problema nuclear “en poco tiempo”. Anteriormente, en declaraciones a la prensa, pronosticó que las negociaciones sobre ese asunto podrían durar entre tres y seis meses. “En todo caso, meses, no años”, dijo a The Washington Post.
Un acuerdo sobre el programa nuclear no sólo abriría la puerta a la reconciliación con EE.UU. y al retorno de Irán a la primera línea de la comunidad internacional sino que podría poner fin a las sanciones económicas que ese país sufre desde hace ya varios años, y que han debilitado su economía hasta un grado extremo.
Por otra parte, representantes de Irán y el OIEA finalizaron ayer en Viena una reunión para cerrar un plan más detallado de inspecciones del programa nuclear iraní; no hubo acuerdo, pero sí el compromiso de un nuevo encuentro el 28 de octubre. El inspector jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Herman Naeckerts, calificó de “constructivas” las negociaciones de hoy, y anunció que las dos partes volverán a verse en octubre para mantener “conversaciones sustanciales sobre todos los asuntos pendientes”.
“Revisamos lo discutido en reuniones previas y llevaremos eso como inicio para la próxima reunión”, señaló. El representante del OIEA dijo a los periodistas, tras cuatro horas con la delegación iraní, que ambas partes revisarán los tratados en reuniones previas, y sobre esa base se iniciará el próximo encuentro. “Hemos acordado reunirnos de nuevo el 28 octubre”, precisó Naeckerts, quien señaló que en esa fecha esperan adelantar las negociaciones con el fin de “resolver todos los asuntos pendientes”.
La delegación iraní coincidió con el OIEA en que el encuentro de ayer, celebrado en la Embajada de Irán en Viena, fue positivo. “Tuvimos una discusión constructiva sobre una serie de asuntos. Acordamos seguir las negociaciones el 28 de octubre para que continúe nuestra cooperación”, manifestó el embajador iraní ante el OIEA, Reza Nayafi. “Esperamos poder llegar a un acuerdo lo antes posible”, agregó Nayafi, aunque ninguna de las partes precisó el lugar del próximo encuentro.
El encuentro de Viena se produjo en medio del optimismo sobre un posible acercamiento entre Irán y Occidente, palpable el jueves en Nueva York en una reunión ministerial entre la República Islámica de Irán y las potencias del Grupo 5+1, compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.
Naeckerts manifestó su satisfacción por lo sucedido ayer en Nueva York, pero recalcó que la negociación sobre inspecciones con el OIEA es un camino “independiente” de las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán con el Grupo 5+1.
La de ayer fue la undécima reunión en casi dos años para alcanzar un acuerdo sobre las inspecciones del OIEA en Irán, ante la sospecha de algunos países, encabezados por Estados Unidos, de que su programa nuclear tiene una vertiente militar destinada a fabricar armas. Teherán niega que su programa militar tenga fines armamentistas, y afirma que es exclusivamente civil y pacífico.
Una de las cuestiones que enfrentaron a Irán y el OIEA es la reiterada petición de la organización de la ONU de visitar la base militar de Parchin, en las afueras de Teherán, rechazada por los iraníes, que afirman que no es una instalación nuclear y por tanto está fuera de lo contemplado por el Tratado de No Proliferación (TNP).
Irán es signatario del TNP nuclear, por lo que está obligado a facilitar la inspección de instalaciones nucleares por el OIEA, pero no firmó el Protocolo Adicional al acuerdo, que permitiría la vigilancia de instalaciones no nucleares por parte de los inspectores de la ONU.
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Fuente: www.elcomercio.com |
LOS QUINCE MIEMBROS DEL CONSEJO DE SEGURIDAD VOTAN UN BORRADOR SOBRE DESARME, TRAS DOS AÑOS DE INDECISION
Si Siria no acata las condiciones del desarme, la disposición de la ONU abre la puerta a invocar el Capítulo VII (uso de fuerza), pero sujeto a la aprobación de una nueva resolución. La negociación establece que habrá “consecuencias” si no cumple.
El consejo de Seguridad de las Naciones Unidas consiguió un acuerdo importante sobre el conflicto en Siria. Según trascendió en la tarde del jueves, los cinco miembros permanentes lograron ponerse sorpresivamente de acuerdo en un borrador de resolución para eliminar el arsenal químico de ese país de Medio Oriente, un paso que pone fin a más de dos años de indecisión en este órgano clave de la ONU. Al cierre de esta edición, los 15 países miembros continuaban debatiendo antes de someter el borrador a votación.
El acuerdo ha sido calificado como un “avance importante” en el conflicto, así como una decisión “histórica y sin precedentes”. No es para menos: fuentes diplomáticas señalan que, si se aprueba, será la primera resolución vinculante sobre el conflicto sirio, algo que parece probable. Hasta la fecha, Rusia y China –dos aliados importantes del presidente sirio Bashar al Assad– habían utilizado su poder de veto para frenar resoluciones propuestas por países de Occidente contra el régimen sirio. Pero Rusia y Estados Unidos sí llegaron en Ginebra a un acuerdo para la eliminación de las armas químicas, y el acuerdo de este jueves es un resultado directo de lo que se consiguió en Suiza.
El borrador aprobado por las principales potencias representa un cambio concreto en comparación con la forma como se estaba desarrollando hace apenas unas semanas la respuesta de Washington a los ataques químicos en Siria de finales de agosto. Todavía están frescos en la memoria los comentarios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la parálisis del Consejo de Seguridad y cómo estaba dispuesto a atacar Siria sin el apoyo del ente internacional por excelencia.
Hace exactamente un mes, una de las portavoces del Departamento de Estado, Marie Harf, había dicho enfáticamente que no había razones para pensar que los esfuerzos en el Consejo de Seguridad terminarían siendo distintos a los fallidos esfuerzos previos. De ahí que un funcionario de esa misma entidad gubernamental dijera este jueves, en condición de anonimato y tras el anuncio, que “hace apenas dos semanas nadie pensaba que esto pudiera ser posible”. Por eso, este paso, aunque todavía es preliminar, recuerda que en términos políticos hay giros abruptos y decisiones que en poco tiempo pueden dejar de ser tan contundentes y definitivas como parecían en un principio.
Los representantes de Rusia y Estados Unidos ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin y Samantha Power, respectivamente, comparecieron el jueves por separado ante la prensa para anunciar un borrador de resolución que sería sometido a votación ayer. “El secretario general Ban Ki-moon ha pedido de forma persistente unidad en el Consejo, y como parece que vamos en esa dirección, está esperanzado”, dijo el portavoz de la ONU, Martin Nesirky. Asimismo, anunció ante la prensa que antes de la reunión del Consejo, Ban participará con el mediador internacional, Lajdar Brahimi, y otros actores internacionales en un encuentro de alto nivel para preparar la conferencia de paz de Ginebra.
Los principales puntos del acuerdo y las posibles sanciones que recibirá el gobierno de Al Assad son que “no podrá utilizar, desarrollar, producir, adquirir, almacenar o retener armas químicas, ni transferir, directa o indirectamente, armas químicas a otros Estados o actores no estatales”. La prohibición se aplica tanto para los rebeldes como para el régimen. En caso del incumplimiento de esta resolución, “se impondrán medidas bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas”, que regula la imposición de sanciones e, incluso, el uso de la fuerza autorizado por la ONU. Exige que actores no estatales “no desarrollen, adquieran, fabriquen, posean, transporten, transfieran o usen armas nucleares, químicas o biológicas, y sus métodos para lanzarlas”, y demanda que los Estados, en particular los países vecinos de Siria, denuncien “de inmediato” cualquier violación de este apartado al Consejo de Seguridad.
Siria deberá cumplir con “todos los aspectos” de la decisión del Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) sobre la “expedita destrucción” de las armas de destrucción masiva del régimen y su “rigurosa verificación”. Se establecerá una revisión de forma regular de la aplicación de la decisión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ y de esta resolución, y solicitará que el director general de esa organización presente, cada mes, un informe al Consejo de Seguridad. Por último, reafirma que todos los Estados miembros evitarán proveer cualquier tipo de apoyo a actores no estatales que intenten conseguir, transferir o utilizar “armas nucleares, químicas o biológicas”, así como los medios para lanzarlas.
Estados Unidos, con el apoyo de Francia y Reino Unido, proponía un texto que invoque al Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que abriría la puerta a sanciones o incluso el uso de la fuerza, a lo que se oponía Rusia, tradicional aliado del régimen sirio. Al final se optó por un texto en el que se abre la puerta a invocar a ese Capítulo VII, pero sujeto a la aprobación de una nueva resolución, y que establece que habrá “consecuencias” si Siria no cumple con sus compromisos internacionales.
Este acuerdo está firmado por Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China, y se estima que los diez miembros restantes, que no son permanentes, también podrían firmarlo en las próximas horas. Estos últimos son: Argentina, Australia, Azerbaiyán, Guatemala, Luxemburgo, Marruecos, Pakistán, Corea, Ruanda y Togo.
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