Al mazo

La situación derivada de las PASO es la siguiente:
+ Quedaron tres grandes sectores políticos en disputa. El peronismo oficial, el disidente y el panradicalismo. El oficialismo son hoy los gobernadores, liderados por Daniel Scioli, quien es desafiado por algunos intendentes bonarenses y otros referentes bonaerenses y del interior, encabezados por Sergio Massa. El justicialismo tenderá a voler a ser un movimiento conservador, más bien socialcristiano. El radicalismo y sus aliados, representantes de los sectores burgueses y medios, más progresistas y liberales, que ganaron las elecciones sumando entre todos el 29 por ciento de los votos, reconoce a su vez tres grandes referentes: Julio Cobos, Lilita Carrio y Hermes Binner. Curiosamente, estos líderes no cuentan con mucho apoyo en sus propios espacios. El radicalismo preferiría como candidato a Ernresto Sanz, pero el senador mendocino es desconocido para el gran público. Por lo tanto, los radicales que pelean sus distritos piden a él y a la Carrio que los visiten para acarrear más votos para octubre. La dirigente capitalina de UNEN se ha desmarcado tantas veces de sus propias agrupaciones, que hoy no cuenta con otro aval que el de la ciudadanía que se fascina con su actuación pública. El socialismo es el más ordenado de los espacios.
+ Tales parcialidades probablemente diriman sus diferencias mediante las próximas PASO, en el caso del panradicalismo, y de las generales, en el caso del peronismo. Si se mira la historia reciente, uno podría sospechar que -de no mediar grandes catástrofes políticas, económicas o sociales-, el peronismo se volcaría por Scioli como lo hizo en el 99 por Eduardo Duhalde, y la sociedad independiente tendría que optar entre Massa y, muy probablemente, Cobos.
+ Pero nadie sabe qué pasará mañana, ni pasado. Mucho menos, en 2014. El 2015 es Odisea del Espacio. En el propio seno del oficialismo empiezan a ser mayoría los que piensan que este período ya concluyó, que hay que flotar estos dos años, que es indispensable hacer retoques al modelo económico -básicamente, girar hacia recetas menos heterodoxas- y que Scioli debería ser quien lidere lo que muchos dan en llamar "esta transición". Dos años es un período demasiado largo para ser considerado ligeramente.
+ La situación económica está cada vez más ajustada y no se perciben soluciones posibles. La estrechez sumada a la desconfianza de los operadores económicos no resulta una ecuación favorable para la gobernabilidad.
+ Finalmente, las PASO señalan a dos grandes derrotados. A la vieja Unión PRO; es decir, Francisco de Narvaez y el PRO de Mauricio Macri, por un lado; y el kirchnerismo puro, por el otro.
Las cartas están mano. La Presidente sigue siendo mano. Pero las últimas veces tapó la carta y dejó que juegue el pie.+)

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