El Trece Ese

La hegemonía tocó fondo el 13 de septiembre de 2012.
Si bien las encuestas señalaban una sensible caída en la imagen presidencial, en la gestión de Gobierno, en las expectativas económicas, en la confianza en el Gobierno y en la intención de voto, nadie parecía capitalizar ese descontento. Como en 2009.
La masiva expresión callejera del llamado 13S fue un límite para el poder kirchnerista.
Los funcionarios que habían vivido algo parecido en 2001/02 debieron haber temblado al ver repetidas las infaustas imágenes del hartazgo popular. Los más jóvenes exponentes del oficialismo, en cambio, reaccionaron con una indignación inversamente proporcional a la de los manifestantes. Por su parte, la Presidente no subió la apuesta y, como se dice en el truco, jugó callada.
La efectividad del proceso pudo verse en la calle al otro día cuando la gente, en trenes y subtes, reaccionó indignada ante la más mínima demora.
La segunda expresión para medir la entidad de aquella protesta será cuando se empiecen a presentar los candidatos por la oposición. Más concretamente, cuando actuales kirchneristas críticos se animen a presentarse por la oposición. Como dijo ayer el gobernador santacruceño, Daniel Peralta, cuando vean que la Presidenta no llega a asegurarse la re-reelección van a salir corriente (habría que agregar, como las ratas abandonan el barco que se hunde).+)
Cacerolazo en San Isidro

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