Ser elector


Ser elector es una decisión. Cada ciudadano que vota es un elector, pero hoy nos vamos a ocupar del rol que pudo ejercer el receptor de los votos para potenciar a una fórmula presidencial.
Mauricio Macri pudo haberlo sido al ganar su elección porteña, pero no se terminó de jugar. Miguel Torres del Sel, en cambio, ejerció todo el poder de los votos por él recibidos al anunciar su apoyo a Eduardo Duhalde, porque además dijo ser amigo de Mario Das Neves. Pero el artista cómico no es considerado un dirigente maduro sino que fue el catalizador del voto bronca del campo en el litoral. Si bien fue importante para empujar, no fue suficiente para darle competitividad al lomense. Ayudó a la fórmula conservadora y popular, pero no logró conmover el score preelectoral significativamente.
Mañana, el ganador de Córdoba puede ser un gran elector. José Manuel de la Sota estuvo complicado por definiciones en favor de la Presidente de la Nación. Pero temeroso por un efecto adverso, optó por el silencio. Se habla de un acuerdo con el duhaldismo, con mucha seriedad informativa, pero no parece que fuera a ser público y eso lo hace inocuo. Es probable que tanto de la Sota como Macri se vean presienciables con grandes chances para el 2015 y prefieran la actual gobernabilidad que les ofrece Cristina. Son una oposición ma non tropo.
Otro sería el caso si Oscar Aguad hiciera una buena performance porque favorecería a Ricardo Alfonsín, que ha sido el gran desfavorecido, junto con el oficialismo nacional, en estas últimas semanas.
Alfonsín parece estancado y Duhalde en crecimiento. Si llegaran a empardar en un segundo puesto en las internas abiertas y simultáneas sería un problema para el electorado, que no sabrá cuál tiene más posibilidades de pelearle el liderazgo a la de Kirchner, ¿el que salió segundo o el que vino subiendo desde la impopularidad?
Algo importante que puede favorecer mañana a la oposición mayoritaria es que Luis Juez salga tercero y empuje a Hermes Binner hacia la insignificancia electoral. Porque sellaría una fuga de votos.
Lo que es interesante es la desaparición del fenómeno de las encuestas, que han dejado de ser una referencia para unos como para otros. Se ven estudios de lo más raros, como sincerados, pero que no alcanzan a recuperar credibilidad en la dirigencia, ni en la opinión pública, ni en el ciudadano de a pie.
Es de destacar la seguidilla de apoyos del Lole Reutemann al fenómeno que expresó del Sel, primero, y a de la Sota, después. En menos de una semana cambió un siglo de indefiniciones. Luego, salió de vacaciones a Miami. Reutemann se pronuncia solamente cuando está muy seguro. ¿Quemó naves? No fue el único, Daniel Scioli y José Pampuro lo siguieron de una u otra forma, sin autorización presidencial aparente. ¿Rebelión en la granja? No parece. Pero despierta inquietud.
También sorprenden las puebladas, como la de Ayacucho, primero, y las de Ledesma y Tucumán, después. O la Operación Zaffaroni que, siendo presuntamente cierta, afecta al referido autor del proyecto rereeleccionista de Cristina y al mentor del garantismo. ¿Estarán los azules atrás de estas noticias o del cierre de la cuenta suiza del juez supremo? Lo que es seguro es que el Gobierno es objeto de operaciones cruzadas que, ya desde el episodio Shocklender, atacan a la columna vertebral del movimiento -el discurso- pero no parecerían hacerle mella a la electoralidad.
El Gobierno yerra y sigue errando, cuando saca a relucir el proyecto Ascenso para Todos o la liberación de cupos de exportación para el trigo, que no la sacan de la zona de peligro; al contrario, como el vehículo empantanado parece estar hundiéndose más a medida que acelera; aunque solamente para el terreno de la opinión pública, si hacemos caso a lo que la enorme mayoría de encuestadores propios y ajenos aseguran.
Sólo conquistó Catamarca y ganó en Misiones. Lo de Chubut es otra cosa. Perdió sorpresivamente en Tierra del Fuego, salió tercera fuerza en Santa fe, perdió con virulencia en Capital y se apresta a ausentarse en la elección cordobesa.
Entonces, ¿dónde gana? Hasta el Congreso se le hace difícil, luego de la salida más visible del senador Verna o de que el  reemplazante del senador recientemente fallecido, a pesar de ser un beneficiario de la ley de matrimonio igualitario, que no será un voto del Gobierno Nacional, entre otros tantos dolidos por el cierre de listas como un pisotón en los dedos del sujeto colgante.
El recientemente gobernador electo de Salta salió con los tapones de punta contra la política energética nacional. Más aún, el intendente de Malvinas Argentinas saltó en dirección del duhaldismo y anunció un comportamiento similar pero sigiloso de sus pares para agosto.
Es como que a esta combustión le falta la chispa, la explosión, para que estas observaciones se conviertan en vectores de una fuerza resultante.
Mientras tanto predomina el adormecimiento popular.+)

Comentarios