Hacia las parlamentarias de 2011


Los políticos revisan extrañados lo que hicieron mal, unos y lo acertado, los otros. Nadie esperaba un dictamen popular tan categórico. Es momento de hacer reflexión y callar sobre ese punto, y trazar algunas directrices del futuro.
Las reacciones de Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín los hundieron. Difícilmente saquen más votos que los que sacaron. Muchos los habían votado como una opción ganadora que mostraron no ser.
El caso de Alfonsín es más grave que el de Duhalde, porque los radicales no parecen haber votado a su candidato. En cambio, muchos parecen haber votado a la nueva estrella del firmamento político: Hermes Binner. Además, las filas coloradas no quieren volver a empujar por él. Pero difícilmente esto pueda con la este Alfonsín que apareció en un mal momento en la política pero que demuestra mucha vocación de poder para el servicio público. Pero deberá ser en otro turno.
Binner se muestra sigiloso y lejos de cualquier acuerdo. Tiene todo para aumentar su caudal electoral, pero no como para ganar en octubre. Sin embargo, parece saber que todo voto que sume lo capitalizará para el 2013.
El caso del peronismo es distinto. Si Alberto Rodríguez Saa reconociera este resultado como el de una interna debería renunciar en favor de Duhalde, pero no ha dado señal alguna de resignación. Por otra parte, la interna del peronismo ya la ganó el Frente para la Victoria (FPV). La tercera fuerza, conservadora popular, deberá buscar otro formato para el 2013. El del PRO, tal vez.
Los candidatos representativos de Buenos Aires, provincia y capital, han perdido en estas primarias. ¿Habrá llegado el momento del federalismo? Perdieron Duhalde, Alfonsín y Pino Solanas; Mauricio Macri ni se presentó. Ganaron Cristina Fernandez y Binner. El ganador, o probablemente la ganadora, deberá vérselas con una serie de gobernadores interesantes y políticamente fuertes, ávidos de patos rengos. Es probable que la Presidente acuda a algún mecanismo para evitar padecer ese mal. Esa debería ser su principal objetivo. Primero, con grandes anuncios (medidas, nombramientos) que le permitan ratificar la voluntad popular expresada en las primarias; luego, deberá institucionalizarlo. Porque el poder no se construye solamente con elecciones.
El examen más complicado es el que viene desde el exterior. Esa crisis económica y social huele feo y se asoma, como un nubarrón, a la región.
Las generales de octubre, en apariencia, serán parlamentarias y no darían segunda vuelta. La gente aprendió a cortar boleta justo ahora cuando se empieza a hablar de una boleta única.+)

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