¿Qué pasará en 2025?

Un cambio

De a poco, se va aclarando el panorama electoral para octubre. Lamentablemente, eso no siempre está en línea con nuestras expectativas. Pero hay variables que no están firmes y que pueden modificar completamente la situación.
"Todo el mundo" -es decir, la dirigencia poloítica- afirma que Cristina Fernández será candidata. Como si la presión que ejercen sus subordinados fuera mayor a la los poderes que supo enfrentar.
Hagamos de cuenta de que se presenta. Bajo esa hipótesis, no parece haber candidatos o alianzas en condiciones de ganarle. En tal caso, la provincia de Buenos Aires es la Madre de todas las Elecciones. Allí el retador Frasncisco de Narvaez -que ya ganó las elecciones en ese distrito contra los candidatos testimoniales a diputados nacionales Néstor Kirchner y Daniel Scioli- tendrá la oportunidad de volver a vencer al oficialismo y de acceder a la Gobernación. Si a Scioli lo debilitan con una o dos colectoras y de Narvaez se presenta como candidato único por las fórmulas que puedan presentar a Presidente tanto del radical socialismo como del PRO peronismo, podría darse el extraño fenómeno de que gane Cristina a la Presiudencia y que el Colorado se siente en el sillón de Dardo Rocha. Más aún si, como se dice, el popular Hugo Moyano encabezara la lista única para diputados nacionales por ese mismo distrito.


(ver minuto 16 en adelante, sobre la temporalidad de su mandato presidencial)

En el caso de que la Presidenta opte por zafar del ajuste -o como se lo vaya a llamar- que en algún momento habrá que hacer en materia económica, quiera deshacerse de tanto parásito que vive de ella y permanecer en el bronce, se impondrá su renuncia a los honores -pero no a la lucha, como dijo Evita-; en tal caso, es probable que cualquiera pueda superar a un Scioli que ha sido desgastado y que será objeto de ataque de los sectores hiperkirchneristas.
Hasta el momento se ve a un radicalismo convergiendo sobre el socialismo en una alianza comun. Los sucesivos renunciamientos de una figura públicamente reconocida como la del vicepresidente Julio Cobos y del as en la manga que pudo ser Ernesto Sanz, dejó sin gandidatos ganadores al partido centenario. Por eso es que el santafecino Hermes Binner habría empezado a pensar en postularse él para la Presidencia. Tiene a su favor una figura poco pero postivamente conocida y dos aliados muy interesantes: en Capital, Pino Solanas, y éste, en Córdoba, a Luis Juez. Con lo que suma en esos tres distritos y, eventualmente, el bonarense con Margarita Stolbizer deja a los radicales en terapia intensiva.
El PRO peronismo, en cambio, se las vería de figurillas en el caso de que Cristina no se presente porque a Mauricio Macri le convendría polarizar con ella. Igualmente, el escalonamiento eleccionario puede generarle un dolor de cabeza si él no va como candidato en la Ciudad. El beneficiario de una zofrenada macrista es el Peronismo Federal, cualquiera sea el que gane.
Un Eduardo Duhalde puede no resultar un candidato ganador, pero es muy representativo de su electorado. Pero atención a un Alberto Rodríguez Saa, que pueda polarizar aún más que Macri si corre desde una derecha más forzada que la que manifiesta el jefe de gobierno porteño. ¿O acaso no le ganó Marine Le Pen en Francia a Nicolás Sarkozy y el Tea Party pone en apuros a los republicanos en los Estados Unidos? La derecha europea no confía en representantes blandos ante tanto deterioro de valores en vigencia y busca pegar más duro. Algo así puede suceder aquí, dada la situación de permisivismo y ganatismo sin límites que se está viviendo y frente a lo cual casi no hay reacción pública.
Lo que saben los encuestadores es que más o menos el 70 por ciento de los argentinos quieren el cambio. Pero lo que muchos no entienden es que el cambio a veces lo propone el mismo poder establecido. En Salta, Juan Manuel Urtubey y el candidato del PRO Olmedo, sumaron alrededor del 80 por ciento. El candidato hiperkircherista, Wayar, obtuvo menos del diez por ciento. El voto al gobernador no fue un voto cristinista o anticristinista. Aunque el voto puramente cristinista fue para Wayar y resultó magro.
La gente se presentó masivamente en la interna federal. En Capital y en el NEA ganó Duhalde. Pero más allá del resultado, lo que está claro es el deseo de muchos independientes de que aparezca alguien que desafíe esete unicato que, para muchos, tornará en chavismo en caso de volver a triunfar en los comicios.+)

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