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Ciertamente, era medio nuevo en esto. Pagará un alto costo Ernesto Sanz por envalentonarse contra el dueño de los corazones radicales, ridiculizar al popular Julio Cobos y terminar bajándose abruptamente de esa temprana interna partidaria.
Al final, dirigentes como Cobos o Elisa Carrio, tenían sus razones al mantenerse "sueltos". Tal vez comprendían mejor la veleidosa conducta de la dirigencia empresarial y de los medios, y la falta de compromiso de las grandes masas.
El empresariado va siempre a la delantera, anticipándose a los acontecimientos, y no toma posiciones que no sean de corto plazo. No es posible construir un proyecto con base tan inestable.
La gran masa no se interesa por nada y, en la medida que su supervivencia no esté urgentemente en juego, no se preocupa por nada que no sean sus cosas.
Los medios no kircheristas intentan seguir los vaivenes de la gente que, a su vez, reacciona de acuerdo a lo que le presentan los medios. Un circulo vicioso.
La prensa no contribuyó con la difusión de estas internas anticipadas y la gente no se interesó por ellas. Radicales y federales temían por la baja participación. Los primeros ya se bajaron; veremos cómo actúan los disidentes.
Así, Ricardo Alfonsín y Mauricio Macri seguirán siendo precandidatos sin ser formalizados; o, tal vez, haya que buscar una fórmula superadora de estas facciones.
Hasta tanto, la góndola continuará dominada por un solo producto.+)
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