En San Isidro, ni Posse ni Lanús

Todavía hay mucha gente que no sabe que hay que votar dos veces en la provincia de Buenos Aires. La primera, el próximo 7 de septiembre, se votan candidatos provinciales y municipales y en la segunda, el 26 de octubre, los nacionales.  Esta división perjudica a aquellos que colgaban todas sus votaciones de una sola boleta, pero favorece a aquellos que piensan y analizan cada voto, segmento por segmento. Lo mismo pasa a nivel nacional, en donde las dos fuerzas mayoritarias buscan polarizar la elección y plantearla en términos presidenciales. Pero lo cierto es que la elección es parlamentaria y lo único que se eligen son aquellos que hacen leyes y controlan al Poder Ejecutivo y la Justicia. Por lo tanto, muy lejos de convenir votar a el simplista buenos contra malos, lo mejor es votar aquellos que no tienen compromiso con nadie. Nuestra sugerencia es votar el 7 de septiembre las listas de Potencia que son republicanas y van a apoyar al gobierno nacional en las cosas positivas, pero v...

Entre la espada y la pared

Era previsible. Los senderos se fueron angostando y quedó evidenciado que la formación K tenía un fogonero, un señalero y un maquinista que responden a un jefe, que no es Néstor. Parece que si, que el ex presidente asiente con magnanimidad cuando le son consultadas las órdenes. Lo cierto es que jamás se vio contradecir a esa tropa; nunca tuvo un sí ni un no con Hugo Moyano. Siempre Néstor tuvo la última palabra, pero no está claro que haya sido exactamente la que haya querido dar.
Hace pocos días, cuando fue el masivo acto de River -todavía no entendí si fue del peronismo bonaerense o de la CGT- hasta los menos avezados cayeron en que el caballo de troya era impulsado por los trabajadores.
"¿Es este el gobierno popular?", se preguntan los jovenes del Partido Obrero. Paradójicamente era la misma pregunta que se hacía la JP en los 70. ¿Exceso de pragmatismo? ¿cortoplacismo? ¿reacciones estentóreas? Da lo mismo. La mayor parte del Partido Justicialista desearía tener un candidato ganador, como Daniel Scioli o Carlos Reutemann, y no tener que cargar con el depreciado candidato del Gobierno. Pero parece imposible que el matrimonio presidencial dé el paso al costado y que, nuevamente en coincidencia con los procedimientos del ex presidente Carlos Menem, favorezca el triunfo de un candidato radical -muy probablemente Ricardo Alfonsín- para dar cumplimiento a esa vieja voz profética: los que me sucedieron, me redimieron.
Pero la muerte de Marcelo Ferreyra y sus derivaciones amenazan golpear en la Santa Bárbara. No hay olor ni color de desenlace fatal, pero lo cierto es que esta crisis tiene todos los condimentos para tenerlo.+)

Comentarios