Pírrico Placard

Néstor finalmente sacó al peronismo del placard. Yo había oído que la doctrina justicialista no reconocía a gays ni homosexuales, sino a putos. Si, es brutal, es absolutamente cierto. Pero eso debería ser ilustrativo de lo lejos que el PJ estaba de sancionar el matromonio gay; aunque vale decir que tan lejos como estaba el PRO de promoverlo.
No es éste el lugar de las valoraciones sino del análisis político, desde la perspectiva de la gobernabilidad. En este sentido, lo único que se puede señalar es que el oficialismo obtuvo una resonante victoria pero que pagó un precio tal vez arriesgadamente alto.
El triunfo fue doblegar a la Iglesia, a la que curiosamente este gobierno nacional y popular tiene en la vereda de enfrente. No le ganó a Bergoglio, como se dice. El cardenal primado de la Argentina había perdido una votación episcopal en la que propiciaba impulsar la unión civil. La Iglesia votó oponerse al hecho de que se pudiera legalizar la unión entre homosexuales. De hecho, pierden mons. Aguerr y los suyos. ¿Pierden? Para el seno de la Iglesia fueron los que encabezaron los esfuerzos para impedir la sanción; y son gobierno con Benedicto XVI. Néstor, sí, tiró a la Iglesia a la derecha. Puede considerarlo un éxito, solamente porque es funcional a su estilo de confrontación permanente que ya no rinde electoralmente.
Pero es un riesgo. Kirchner logró hacer aprobar con el voto de los radicales, de Luis Juez, de los progresistas y de parte de su bloque. pero tuvo a varios compañeros votando en contra... en el Senado Nacional!
Kirchner pone a sus compañeros en una difícil situación. Vota como los progresistas... de la oposición; y se diferencia de los suyos. ¿Quién pierde? Las oposición no va a volver a votar por él, salvo que pase un cataclismo; los suyos, en cambio, son una incógnita.+)

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