El Congreso es ahora el escenario del poder político. Ahí parece que se definirá la gobernabilidad venidera.
La agenda parlamentaria pasa básicamente por una discusión sobre la caja, y su manejo. Hay aspectos institucionales, pero tienen que ver con el aspecto arbitrario con que el modo con que el Kirchnerato utiliza los resortes administrativos y legales.
La debilidad del sistema de partidos o, dicho de otra forma, cierta pretensión de fortalecimiento del bipartidismo han desatado una serie de reposicionamientos de cara a los dos escenarios futuros posibles.
El duhaldismo, descontento con Francisco de Narvaez, apuesta por la alternativa Julio Cobos. ¿A Presidente electo o como resorte de una acefalía? Eduardo Duhalde hizo un panegírico del sistema dual, dos días después de que Domingo Cavallo -de contacto frecuente con Carlos Reutemann- pidiera el regreso del piloto de tormentas que en 2001 agarró el fierro caliente de la crisis. ¿Intentó desbaratar la maniobra o provocarla? ¿Le conviene al Lole ese escenario o lo perjudica? Duhalde aspira a presidir el PJ.
La guerra con Clarín parece desatada. El Gobierno intenta pararle el fútbol, una caja considerable, y el multimedios dispara con munición gruesa contra una gestión que no parece querer hacer nada para curarse en salud. El día que no le pega al Gobierno Nacional utiliza la tapa para presentar proyectos de la gestión capitalina.
El dialogo es hoy más una esperanza de la oposición, que huele el aroma del poder, que una pedido de sustento.
Los empresarios, la Iglesia y los sindicatos parecen espantados con lo que está haciendo el oficialismo con la porción, no menor, de poder residual que mantenía el día después de las elecciones.
Los medios se hacen un festín con los Guillermo Moreno, las Diana Conti, los Ricardo Jaime, las compras de tierras fiscales en el Calafate y tantos temas que eran tabú hasta el 28 de junio último.
El deterioro político es intenso y acaelerado; el pronóstico, reservado.+)
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