En San Isidro, ni Posse ni Lanús

Todavía hay mucha gente que no sabe que hay que votar dos veces en la provincia de Buenos Aires. La primera, el próximo 7 de septiembre, se votan candidatos provinciales y municipales y en la segunda, el 26 de octubre, los nacionales.  Esta división perjudica a aquellos que colgaban todas sus votaciones de una sola boleta, pero favorece a aquellos que piensan y analizan cada voto, segmento por segmento. Lo mismo pasa a nivel nacional, en donde las dos fuerzas mayoritarias buscan polarizar la elección y plantearla en términos presidenciales. Pero lo cierto es que la elección es parlamentaria y lo único que se eligen son aquellos que hacen leyes y controlan al Poder Ejecutivo y la Justicia. Por lo tanto, muy lejos de convenir votar a el simplista buenos contra malos, lo mejor es votar aquellos que no tienen compromiso con nadie. Nuestra sugerencia es votar el 7 de septiembre las listas de Potencia que son republicanas y van a apoyar al gobierno nacional en las cosas positivas, pero v...

No sumaron

La Presidente tenía una bala de plata para cazar a algún peso pesado con el cambio de gabinete. Pero los anuncios de ayer no incluyeron nombres destacados para obtener la confianza de los mercados, o altos representates de la política (de algún gobernador) o sectoriales, con la excepción relativa de la CGT, para acrecentar su peso político.
Se puede adivinar claramente la intención, ya anunciada el lunes 29 de junio por Néstor Kirchner, de profundizar el modelo. No hay ningún nombre que refiera a otra cosa que no sea populismo puro y duro. El propio ministro de Economía, Amado Boudou, a pesar de su preparación liberal no ha manifestado nada propio de esa ideología en su gestión en el Ansses; al contrario, fue la cara visible de la estatización de los fondos jubilatorios.
Los cambios incluyen la partida de un referente del pluralismo, José Nun, y su reemplazo por un peronista de la cultura, Jorge Coscia, que viene del duhaldismo. Aníbal Fernandez, Julio Alak y Diego Bossio, también tienen una alineación doctrinaria claramente justicialista de extracción alsinista y no ofrecen cambios de políticas en sus carteras. Al contrario. La salida de uno de los pocos ganadores del 28-J, Sergio Massa, parecería demostrar que los sentimientos, cuando son intensos, muchas veces nublan la vista.
El nombramiento de Mariano Recalde, de similar filiación política que los ya mencionados, tiene otro objetivo. A Hugo Moyano no le habían otorgado el nombramiento para el Ministerio de Salud, como venía solicitando, ni la posibilidad de nombrar al reemplazante del secretario de Transporte Ricardo Jaime. Inclusive, le nombraron a otra persona para administrar la caja de las obras sociales. Justo el día en que Eduardo Duhalde volvía de su miniexilio eleccionario, Hugo Moyano dijo que no tendría ningún problema en hablar con él. Es probable que alguna señal de alerta en el Cuartel General de Olivos haya apurado para la tarde de ayer la decisión que se venía masticando desde hacía algunos días en la intimidad presidencial.
Si no se pudo sumar a un representante de algún gobernador de peso o si simplemente no se intentó es una cuestión que intentaremos desentrañar en los próximos días. El daño es el mismo: el Gobierno perdió una oportunidad de oro para sumar apoyo político. Si la dejó pasar sería necio y una cosa seria; pero si ningún gobernador quiso sumar apoyo a esta gestión justicialista podría ser muy bgrave.+)

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