Es notable la desaprensión que la dirigencia argentina tiene con la Justicia.
El domingo hubo dos grandes notas sobre el manoseo institucional del Ejecutivo para con el Poder Judicial y no hubo repercusión algúna.
Crítica publicó en tapa "La Justicia soy yo" con una foto de Cristina Kirchner en la que tiene un martillo y algún código. Denunciaba que "a cuarenta días de las elecciones, la Presidente propuso la designación masiva de 60 jueces federales y nacionales. Hay magistrados denunciados o que estuvieron al borde de reprobar el examen del Consejo de la Magistratura. El paquetazo judicial está en manos de la mayoría automática del Senado". Dice en su copete que es la mayor designación en lo que va del gobierno y que se produce antes de las elecciones que marcarán un cambio de mayorías parlamentarias. La nota, firmada por Luciana Geuna, menciona casos concretos.
La excusa que utiliza el oficialismo es el necesario aceleramiento del trámite de las causas en las que se persiguen a militares por violación a los derechos humanos. Lo cierto es que esos fueros son los mismos que tienen a su cargo las causas de funcionarios juzgados por corrupción.
La otra nota es la que debiera preocupar a los legisladores que deben votar el mensaje que el Ejecutivo mandó al Congreso para tales Acuerdos. Joaquín Morales Solá publicó "Operaciones y Jueces en Medio de la Campaña" donde, entre otras cosas, afirma que "el interés político estuvo siempre por encima de la investigación judicial en el caso que involucra a (Francisco) De Narvaez".
Estos senadores, los que deberán votar los pliegos de tales jueces, deberían preferir jueces apegados a la ley y no a jueces que tengan el apoyo de tal o de cual institución, o que se vuelquen por unos valores constitucionales respecto de otros tan vigentes como aquellos.+)
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