"Sigo en esta ruta, un cartel: 'no se puede frenar';
no quiero ser uno más
que no podrá volverse.
Por eso, no, no, no, no...
¡no quiero llegar!
de allí no hay como zafar,
como la misma muerte."
fragmento de "Sin Hilo", Las Pelotas
La canción dramatizada por la voz del extinto Alejandro Sokol es ilustrativa respecto de lo que le ha pasado a los Kirchner en los últimos meses. La metodología del conflicto permanente es buena para los momentos de cambio, pero es totalmente inadecuada para los procesos de acumulación. Más aún, después de un tropiezo como lo fue el del "voto no positivo" del Vicepresidente, la aceleración del proceso es inercial.
Muchas veces dijimos que la cantidad de eventos que podían converger en marzo/abril hacían propicio el aquelarre. Sin tanto fundamento como presentimiento, esperábamos que Kirchner encontrara el vehículo debajo del cual lanzarse para denunciar el atropello y, de esa manera, sustraerse de la escena del crimen. Los candidatos a culpable eran el campo, Julio Cobos, Elisa Carrió, los financistas... hasta que apareció Mauricio Macri.
El adelantamiento de los comicios capitalinos le permitió, en una sola jugada, prolongar los tiempos y darse una oportunidad de salir de pie. Porque a) encuentra desarmada a la oposición, b) acota el proceso de limado de la imagen matrimonial, c) evita que la crisis los devore antes de octubre, y d) retoma la iniciativa política. Este último punto es, tal vez, el más interesante de todos.
La oposición ahora debe resolver si apoya o boicotea la anticipación de los comicios para el 28 de junio, en el Congreso y, luego, cómo estructura sus alianzas. Si llegara a rechazar la iniciativa gubernamental, la gobernabilidad quedaría definitivamente comprometida.
De todos modos, si aún llegara a lograr el pretendido adelantamiento sería muy difícil que el oficialismo pueda obtener un buen desempeño electoral. El motor va perdiendo mucho aceite en la caja. Más o menos ruidosamente, numerosos dirigentes parten hacia el desierto y abandonan las murallas kirchneristas. La soledad del poder podría sucumbir muy fácilmente ante un armado que reúna a más de dos buenas cabezas opositoras de todo el país. En síntesis, la oposición tiene que equivocarse mucho para perder.
En esas tolderías se escuchan tambores de guerra. Son los de los camioneros, los del Grupo Clarín y los de tantas tribus que intentan reponerse de las heridas producidas en los albores de la actual administración. De haberlo planeado, no se podría haber lanzado al otro lado del campo de batalla a tantos sectores de la sociedad y del poder.
Si Néstor le preparó una cama a Cristina, o no, habrá que analizarlo en el futuro, con la perspectiva que ofrece la historia. Lo cierto es que finalmente se pudo saber que la semana pasada la Presidente había ocultado su aparición en la mesa de negociaciones con el campo al propio Consorte Presidencial; el movimiento de la reina era sabido por tan sólo dos ministros, según nuestra fuente. El incumplimiento de algunas de esas promesas establecidas en ése acuerdo, y que debían reflejarse en el Boletín Oficial, fueron consignados a una solapada reaparición de Guillermo Moreno. La maniobra parece confirmar confirmar nuestro dato.
Volviendo al tema con nos atañe, se podría decir que tres meses es poco para preparar una campaña, pero es una eternidad para sostener el malabarismo de los platitos chinos, en medio del temporal. El 29 de junio tendremos que esforzarnos para que nuestra análisis sea más atractivo que la propia crónica de tales sucesos.+)
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