El alejamiento de los senadores santafesinos Carlos Reutemann y Roxana Latorre del bloque oficialista es una noticia muy significativa, no tanto por su impacto parlamentario como por el político; de hecho, puede terminar teniendo adelantando graves consecuencias en el Senado, que hasta ahora se esperaban para diciembre.
Políticamente, Reutemann era la carta con la que los Kirchner pretendían disputarle octubre a la oposición. Con un resultado ajustado en Santa fe y un triunfo en la provincia de Buenos Aires el oficialismo podía discutir el dictamen popular de las urnas.
Pero la decisión del Lole dejó a los K encerrados al Conurbano. Más aún, les quitó la posibilidad de poder elegir al sucesor poskirchnerista entre él y Daniel Scioli. Ahora no les quedará más remedio que apoyar a Scioli, siempre y cuando el motonauta no vea que el apoyo presidencial pone en juego su performance electoral.
La fuga de Reutemann trajo cola: Clarín informó que él y Latorre no serían los únicos en marcharse. De hecho, el vicepresidente del Senado, Juan Carlos Romero, también anunció su salida y hay otros senadores más que estarían estudiando copiarlos. En tal caso, el quorum quedaría muy comprometido en la Cámara fuerte para el Gobierno Nacional.
En este difícil contexto, la Presidente demoró la invitación a dialogar con el campo y, para colmo, intentó una jugada magistral al despanzurrar al flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcatti, frente a la Mesa de Enlace. Mató al más cercano (curiosamente, el ideológicamente más lejano) de los dirigentes y facilitó a los duros el camino para el paro.
El conflcito, por sus características, empujó al dólar hacia arriba mientras la economía continuó esta semana evidenciando síntomas de recesión.
Parecería que salen a regar después de la lluvia. Si uno tiene que analizar las intencionalidades, puede concluir que lso Kirchner hacen todo mal o que están tomando dosis de veneno.+)
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