Final reñido

La final que disputan Boca, San Lorenzo, Tigre y Lanús en el Torneo Apertura Cablevisión 2008 tiene muchas similitudes con el equilibrio de los Kirchner por mantenerse en el poder. No es fácil de predecir ni una cosa ni la otra.
De a poco y a los tumbos, el matrimonio presidencial ha comprendido que existe una considerable crisis económica mundial y va ensayando planes de contingencia con resultados muy acotados. A los numerosos anuncios de medidas -y al controlado manejo de la divisa- hay que agregar las declaraciones del Consorte presidencial intentando tranquilizar respecto del pago de los vencimiento de la deuda. Nadie puede negar que se están esforzando en esta lucha. Pero también es cierto que quien pelea desatiende los procesos que suceden en forma simultánea al combate en cuestión.
Toda la semana hubo anuncios económicos que, como decíamos la semana pasada, fueron considerados buenas intenciones mas no lograron generar un shock de confianza. Por el contrario, los diarios continuaron hablando de un dictamen legislativo favorable a la expropiación de Aerolíneas, la inquietud del embajador norteamericano por el tratamiento oficial del caso Edelap, la controvertida sanción de una ley para blanquear el lavado de dinero, la amistosa visita de la Presidente a la belicosa Rusia, los anuncios de Alfredo de Angeli de volver a cortar rutas.
Pero eso no lo es todo. La sociedad emite permanentemente señales de malestar: el paro de los subtes, las consecuentes violentas circunstancias en tales estaciones, las nuevas víctimas de la inseguridad, el motorman atacado en su puesto de trabajo, los anunciados cortes de los puentes con el Uruguay.
Cuando la cosa se había puesto muy fea y Clarín venía pegando fuerte por segunda vez consecutiva desde su tapa con un tema doloroso, como el del cuestionado tratamiento parlamentario de la ley de blanqueos, Cristina salió a darle una palma a Hugo Moyano (y a toda la clase media acomodada): la eliminación de la tablita de Machinea (Ganancias).
Una lectura económica del caso dijo: "están aterrados por la desaparición del consumo y quieren reactivarlo de cualquier manera"; una, política, analizaría si no era momento de aflojar las tensiones con los trabajadores y la clase media, que están irritados hasta el borde de la violencia. Una voz desconfiada, sugirió: "se anuncia un proyecto de ley que irá al Congreso y quisiera ver su redacción final, antes de festejar".
El Gobierno se enfrenta a una difícil encrucijada. Con un 63,3 por ciento de desaprobación de la gestión (según Management & Fit), debe conducir una crisis económica en la que tendrá poco para repartir. Le va a costar evitar que el descontento se vuelque a las cacerolas y al malestar social generalizado. De ese modo enfrentará un año electoral crítico para la gobernabilidad. En este terreno, las noticias sobre una ampliación de la Coalición Cívica deben haber sonado como una marcha fúnebre en Olivos.+D

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